Ó
LIBRO
DE ORACION COMUN,
Y
Administracion
de los Sacramentos,
Y
OTROS
RITOS
Y CEREMONIAS DE LA IGLESIA,
SEGUN
EL USO
DE
LA. IGLESIA DE INGLATERRA:
JUNTAMENTE
CON EL
SALTERIO
Ó SALMOS DE DAVID,
PUNTUADOS
SEGUN SE HAN DE CANTAR O REZAR EN LAS IGLESIAS;
Y
LA FÓRMULA
DE
LA CONSAGRACION, ORDENACION, É INSTITUCION DE LOS OBISPOS, PRESBÍTEROS,
Y DIACONOS.
IMPRESO
POR LA
SOCIEDAD PARA PROPAGAR LOS CONOCIMIENTOS CRISTIANOS.
LONDON:
NORTHUMBERLAND AVENUE, W.C.
1923.
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ÍNDICE
DE
LAS COSAS COMPRENDIDAS EN ESTE LIBRO.
- Prefacio
- Tocante al Servicio
de la Iglesia
- De las Ceremonias.
Razones para la abrogacion de algunas y la retencion de otras
- Orden prescripto
para leer el Salterio
- Orden establecido
para leer lo demas de la Escritura santa
- Tabla de Lecciones
propias y de Salmos propios
- El Calendario
con la Tabla de las Lecciones
- Tablas y Reglas
para los dias de Fiesta y los Ayunos por todo el Año
- El órden
de la Oracion Matutina
- El órden
de la Oracion Vespertina
- El Credo de S.
Atanasio
- La Letanía
- Oraciones y Acciones
de Gracias en varias ocasiones
- La Colectas,
Epístolas, y Evangelios que se deben usar en la administracion
de la santa Comunion durante el Año
- El órden
de administrar la Santa Comunion
- Bautismo público
de Párvulos
- Bautismo privado
de Párvulos
- Bautismo de Adultos
- El Catechismo
- El órden
para la Conflrmacíon
- Forma de Solemnizar
el Matrimonio
- Visita de Enfermos
- Comunion de los
Enfermos
- Oficio de Sepultura
- Accion da Gracias
despues de Parto
- Conminacion,
ó Amenazas de Dios contra los Pecadores
- El Salterio
- Fórmulas
de orar que han de usarse en el Mar
- Modo y Fórmula
de la Institucion, Ordinacion, y Consagracion de los Diaconos, Presbíteros,
y Obispos
- Fórmula
de Oracion que ha de usarse en el Aniversario del Dia de la Elevacion
al Trono del Soberano Reinante
- Artículos
de Religion
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Table
of Contents |
PREFACIO.
(A. C. 1661.)
TAL
ha sido la prudencia de la Iglesia de Inglaterra, desde que organizó
su liturgia pública, que constantemente ha guardado el medio entre
estos dos estremos, de rehusar con demasiada terquedad innovacion alguna
en ella, ó de admitirla con facilidad escesiva. Pues por un lado
enseñando la comun experiencia, que de variar (sin necesidad urgente)
cosas prudentemente establecidas, se siguen varios males; y estos á
veces mayores en número, y aun mas graves que aquellos mismos cuyo
remedio se procuraba por medio de tal variacion; y por otra parte constando
que las formas particulares del culto Divino, con los ritos, y ceremonias
destinadas al mismo. son cosas por su naturaleza indiferentes, de consiguiente
susceptibles de alteracion, y por tales reconocidas; es justo, que por
motivos graves y de alta consideracion, conforme á la varia exigencia,
de los tiempos y circumstancias, se hagan y admitan en esta materia aquellas
innovaciones que á los que están constituidos en autoridad
pública parezcan necesarias, ó al menos convenientes y útiles.
Así vemos que en los Reinados de varios Príncipes de feliz
memoria despues de la Reformacion, la Iglesia, por justas y poderosas
razones, hizo en algunas cosas aquellas alteraciones que con respecto
á los diferentes tiempos estimó conducentes; si bien de
tal modo que el cuerpo, y lo esencial del culto Divino, (así en
cuanto á sus principales partes, ,corno en cuanto á su forma
y órden) han permanecido lo mismo hasta esto dia, y aun permanecen
firmes é inmobles; no obstante que fueron acometidos repetidas
veces por los vanos esfuerzos y violentos asaltos de hombres sediciosos,
que en todo tiempo se mostraron mas amigos de sus caprichos é intereses,
que de contribuir al bien público.
Con qué ardides
y perniciosos designios, durante las últimas y desgraciadas turbulencias,
vino á cesar el uso de la sagrada Liturgia, (sin embargo de estar
sancionado por las Leyes del pais, y de que jamas hasta el presente fueron
estas revocadas,) ya es bien sabido de todo el mundo,y no es nuestro ánimo
renovar aquí la memoria de ello. Mas despues de la feliz restauracion
de la Magestad Regia, considerándose verosímil, que el uso
de la Liturgia. no habiendo estado nunca abolido legalmente, habria tambien
de volver entre otras cosas á su curso, sino se adoptaban algunos
medios para impedirlo; aquellos hombres, que bajo loa. últimos
usurpadores se habian cuidado muy mucho de excitar el pueblo al desafecto
á ella, creyeron que por su propia reputacion é interes,
debian (á no querer confesar francamente que habian errado, lo
que difícilmente se puede esperar de tales hombres) redoblar sus
esfuerzos para estorbar el restablecimiento de la misma. A este fin se
hicieron circular varios Folletos contra el Libro de la Oracion Comun,
y se suscitaron las antiguas objeciones, con adicion de algunas nuevas,
que sobre las primeras contribuyeron solamente á abultar el número.
Finalmente, se pidió con instancia ti su Magestad la revision de
dicho Libro, y que se hicieran en él las alteraciones, ó
adiciones, que se estimasen conducentes para tranquilizar las conciencias
mas delicadas: á lo que su Magestad condescendió graciosamente,
llevado de la buena disposicion de su voluntad á dar gusto (en
cuanto pudo razonablemente esperarse) á todos sus súbditos
de cualquiera opinion que fuesen,
En la cual revision
hemos procurado observar la misma moderacion, que en igual caso vemos
fué usada en tiempos precedentes. Y por tanto de las diversas alteraciones
Que se nos han propuesto, hemos desechado todas aquellas de que podria
originarse algun peligro, (ya fuese impugnando ocultamente algun dogma
recibido, ya alguna práctica laudable de la Iglesia de Inglaterra,
ó bien de toda la Iglesia Católica de Cristo) ó las
que no eran de. importancia alguna, sino al contrario enteramente vanas
y frívolas. Empero aquellas alteraciones que se nos dirigieron,
y que nosotros consideramos de algun modo necesarias y conducentes. á
todas estas (prescindiendo del autor, fin ó pretesto con que se
nos proponian) prestamos nuestro asenso de buena voluntad, sin que nos
obligase á hacerlo así la fuerza de algun argumento, que
nos convenciera de la necesidad de dichas innovaciones: pues estamos firmemente
persuadidos (y lo declaramos á la faz del mundo) de que en la Liturgia,
segun estaba Antes establecida por las leyes, nada se contenía
contrario á la palabra de Dios, ó á la sana doctrina,
ó á que un hombre piadoso no pudiera someterse en conciencia;
ó finalmente que no pudiera defenderse de buena fé contra
cualquiera que se opusiera á la misma; con tal que no se desdeñasen
las justas y benignas interpretaciones, que la comun equidad exige en
favor de todos los escritos humanos, especial. mente respecto de aquellos
que están promulgados por la Autoridad publica, y aun respecto
de las mejores versiones de las Escrituras santas.
No fué pues
nuestro principal intento en esta empresa. el satisfacer á este
ó estotro partido en sus imprudentes demandas; sino el hacer todo
lo que nos pareció había de conducir mas principalmente
á conservar la paz y la unidad en la Iglesia, á conciliar
la reverencia, y á excitar la piedad y la devocion en el culto
público de Dios; y finalmente el quitar las ocasiones de cavilaciones
y disputas contra la Liturgia de la Iglesia, á aquellos que las
buscan y en cuanto á aquello en que difiere la Liturgia, cual está
ahora, de como estaba antes, ya sen por haberse mudado alguna cosa, ya
por haberse añadido, ó por cualquier otro motivo, baste
advertir en general, que la mayor parte de las alteraciones se han hecho,
primeramente, ó para la mejor direccion de lo que se ha de oficiar
en el servicio Divino; lo cual se ha consignado principalmente en el Calendario
y Rúbricas: ó en segundo lugar, para reducir la espresion
de algunas palabras, ó frases de uso antiguo, á términos
mas acomodados al lenguage de los tiempos presentes, y para inteligencia
mas clara de algunos otros dichos y frases, que ó eran de significacion
dudosa, ó de otro modo es puestas á siniestras interpretaciones:
ó en tercer lugar, para mas perfecta representacion de aquellas
porciones de la santa Escritura, que se han insertado en la Liturgia;
cuyas porciones se han de leer ahora, especialmente en las Epístolas
y Evangelios, y en otros varios lugares, conforme, la última version
de la sagrada Biblia. Ha perecido tambien conveniente añadir, en
sus debidos lugares, algunas oraciones y acciones de gracias, dispuestas
para especiales ocasiones, en particular para uso de los que navegan,
juntamente con un oficio para el Bautismo de los adultos; el cual, aunque
no era tan necesario cuando se compiló la primera Liturgia, sin
embargo ahora con el acrecentamiento de los Anabaptistas, que con motivo
de la relajacion en los tiempos pasados se introdujeron entre nosotros,
ha venido á ser indispensable, y siempre podrá usarse para
bautizar á los naturales de nuestras colonias, y á otros
convertidos á la fé. Si alguno desea una razon mas circunstanciada
de cada una de las varias alteraciones hechas en cualquier parte de la
Liturgia, en comparando esta presente con la antigua, no dudamos que el
motivo de tales variaciones le será facilmente conocido.
Habiéndonos
pues esforzado á llenar nuestro deber en este importante negocio,
como en la presencia de Dios, y á confirmar nuestra sinceridad
en ello (en cuanta ha estado de nuestra parte) para con las conciencias
de todos los hombres; aunque conocemos que es imposible, en medio de tanta
variedad de opiniones, caprichos, é intereses como hay en el mundo,
agradar á todos, ni deba esperarse que hombres de un espíritu
faccioso, bronco, y perverso, se den por contentos con lo que se haga
en esta materia por otro alguno que ellos mismas: no obstante tenemos
la buena esperanza, de que aquello que presentamos aquí, y que
ha sido diligentemente examinado y aprobado por el Sinodo de ambas Provincias
será tambien bien recibido y aprobado por todos los moderados,
pacíficos, y verdaderamente concienzudos hijos de la Iglesia de
Inglaterra.
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Preface |
TOCANTE
AL SERVICIO DE LA IGLESIA.
(A.C. 1548.)
JAMAS
hubo cosa tan perfectamente deliberada por el entendimiento humano, ó
tan firmemente establecida., que con el transcurso del tiempo no se hubiese
viciado y corrompido; como, entre otras cosas, se deja ver claramente
en las fórmulas de las preces públicas de la Iglesia., llamadas
comunmente Divinos Oficios. Acerca. de su origen, si alguno examina
detenidamento los escritores antiguos, hallará que fueron instituidas
con el mejor designio, es decir, para promover la piedad. Con efecto los
santos Padres dispusieron este negocio de tal manera, que pudiera leerse
una vez cada año toda la Biblia, ó la mayor parte de ella;
proponiéndose en esto, que el Clero, y especialmente los Ministros
de la Iglesia, con la frecuente lectura y meditacion de la Escritura,
se excitaran ellos mismos á la piedad, y se hicieran mas capaces
para. instruir á la congregacion en la sana doctrina, y para refutar
ti, los que fuesen opuestos á la verdad: y tambien que el pueblo,
mediante la diaria lectura de la divina palabra en la Iglesia, progresara
mas y mas en el verdadero conocimiento de Dios y de nuestro Señor
Jesu-Cristo, y se estimulase con el ejercicio al amor de la Religion verdadera.
Pero pasados muchos
años, estas. piadosas y saludables disposiciones de los Padres
fueron de tal modo alteradas, despreciadas, y corrompidas con la agregacion
de historias inciertas y fabulosas; como tambien con tal multitud de Responsorios,Versiculos,
Conmemoraciones. vanas repeticiones, y Sinodales, que por lo comun habiendose
principiado á leer algun libro de la sagrada Escritura, des pues
de leidos tres ó cuatro capítulos, los demas quedaban sin
leerse. De esta suerte el libro de Isaías se principiaba en la
Dominica primera de Adviento, y el del Genesis en la Dominica de Septuagésima;
mas solamente se comenzaban, y nunca eran del todo leidos. sucediendo
lo mismo respecto á los demas libros de la sagrada Escritura. Ademas
de esto, aunque deseaba S. Pablo que en la Iglesia se hiciese uso de un
lenguage acomodado á la Inteligencia del pueblo, á fin de
que oyendo pudiera edificarse; con todo en esta Iglesia de Inglaterra
fueron leidos los Divinos oficios por espacio de muchos años en
latin al pueblo el cual no entendia tal idioma; de manera que solamente
oían con sus oidos, pero su corazon, espíritu y mente, ningun
fruto sacaban de aquello. Aun hay mas, á pesar de que los antiguos
Padres dividieron todos los Salmas en siete porciones, cada una de las
cuales se llamaba un Nocturno; no obstante ahora en los últimos
tiempos se leia solamente un corto número de ellos, quedando los
demas enteramente omitidos. Ademas de lo dicho, llegó do ser tal
el número y obscuridad de reglas llamadas Pie, y tanta
la variedad de oficios. que muchas veces ofrecia mas trabajo el revolver
el libro para hallar lo que habia de leerse, que la lectura misma de lo
que se habia hallado.
Considerados pues
estos Inconvenientes, se establece aquí un órden, por medio
del cual vendrán A desaparecer los mismos. A este fin, y para evitar
todo embarazo en esta materia, hase dispuesto un Calendario sencillo y
fácil de entender. en el que (en I cuanto ha sido posible) se propone
de tal manera la lectura de la sagrada Escritura, que en adelante podrá
hacerse todo en el debido órden, sin interrupciones ni fracciones
en la parte de un mismo libro. Por esta razon se han quitado las Antífonas,
Responsorios, invitatorios, y otras tales cosas que interrumpian el continuado
curso de las lecciones de la Escritura.
Mas por cuanto no
podria obtenerse el remedio sin el auxilio de ciertas Reglas, por esto
se previenen aquí algunas. pocas en número, y que muy facilmente
pueden entenderse. Asimismo se dejará ver un órden para
las Preces, y para las lecciones de las Escrituras santas, mas acomodado
á la mente y propósito de los antiguos Padres, y mucho mas
útil y cómodo, que el que anteriormente estuvo en uso. Mas
útil, porque se han omitido muchas cosas, de las cuales unas eran
falsas, otras inciertas, otras vanas y supersticiosas: y nada se ha ordenado
para que haya de ser leido, sino la Palabra pura de Dios, la Escritura
santa, ó lo que es conforme á la misma; y esto en un lenguage
y órden adecuado á la capacidad, así de los lectores
como de los oyentes. Es tambien mas cómodo, así por su brevedad
y claridad de método, como por ser las reglas pocas y sencillas.
Y
por cuanto ántes de ahora ha habido, en el rezo y en el canto,
gran diversidad en las iglesias de estos reinos, por seguir unos la práctica
de Salisbury, otros la de Hereford, otros la de Bangor, otros, de York,
otros, de Lincoln; ahora y de aquí en adelante no ha de haber mas
que una sola práctica en todo el reino.
Empero por cuanto
ninguna cosa puede establecerse con tanta claridad, que despues no se
fomenten dudas en el uso y práctica de la misma; para terminar
cualquiera diferencia, (si ocurre alguna) y para la resoluclon de las
dudas tocantes al modo de entender, hacer, y ejecutar las cosas contenidas
en este libro; los particulares que lleguen ti dudar, ó tomar en
diversos sentidos alguna cosa, recurrirán siempre al Obispo de
la Diócesis, quien segun su discrecion arbitrará medios
para deshacer y apaciguar las tales desavenencias; si bien nana deberá
ordenar que sea contrario á lo contenido en este libro. Y si el
Obispo mismo de la Diócesis estuviere en duda, entónces
podrá acudirse al Arzobispo para que este resuelva.
AUNQUE esté
determinado que todo se lea y cante en la Iglesia en lengua nativa, á
fin de que la congregacion pueda por ello edificarse; no por esto se repute
por cosa mala, si alguno, al orar de mañana ó tarde, lo
hace en qualquier lenguage que él mismo entienda.
Todos los Presbíteros
y Diáconos deberán rezar diariamente la Oracion Matutina
y Vespertina, ya sea pública ó prividamente, á no
ser que lo impida enfermedad, ú otro urgente motivo.
Y el Cura Que sirve
en Iglesia Parroquial ó Capilla, estando en el pais, y no teniendo
razonable impedimento, ha de rezar tambien lo mismo en la Iglesia Parroquial
ó Capilla donde administra; y cuidará de que se toque la
campana ti tiempo conveniente ántes de principiar, para que el
pueblo acuda á oir la palabra de Dios, y á orar juntamente
con él.
|
Concerning
the Service of the Church |
DE
LAS CEREMONIAS:
RAZONES
PARA LA ABROGACION DE ALGUNAS Y LA RETENCION DE OTRAS.
EN
el número de las Ceremonias, que ha observado la Iglesia, y que
tuvieron un origen humano, hubo algunas, que en su principio se instituyeron
realmente con recto fin, y se enderezaron á objetos piadosos, mas
vinieron con el tiempo ti parar en pura vanidad y supersticion: no pocas
se introdujeron en la Iglesia mediante una devocion indiscreta, y por
medio de un zelo sin ciencia; y como en los principios se tolerase su
observancia, cada vez lilas y mas se fué aumentando su abuso, hasta
que no solo por su inutilidad. sino por haber tambien obcecado al pueblo,
y obscurecido la gloria de Dios, no merecieron otro fin que su estirpacion
y total aniquilamiento: hay, empero, otras, que si bien de institucion
humana, ha parecido justo conservarias hasta el día de hoy, tanto
por el decoro y buen órden en la Iglesia (fin único de su
institucion), cuanto por ser muy propias para la edificacion, á
la cual, segun el Apóstol, debe dirigirse cuanto se practicare
en la Iglesia.
Y aunque la observancia,
ó inobservancia de una Ceremonia, considerada en sí misma.
sea cosa de poquísima importancia; con todo la voluntaria,. altanera
transgresion y violacion del órden público, y de la disciplina,
es una no pequeña ofensa a los ojos de Dios. “Hágase
todo entre vosotros," dice San Pablo, "con decoro, y con órden."
El establecimiento, empero, de este órden no pertenece á
un mero particular; á ninguno, por tanto, á no haber sido
legalmente llamado y autorizado para ello, sea lícito entrometerse
en ello ni arrogarse la facultad de instituir ó alterar cosa alguna
en el órden público, ó comunmente recibido en la
Iglesia de Cristo.
Pero siendo tal en
nuestros dias la variedad de opiniones de la mente humana, que al paso
que unos tienen por un grave negocio de conciencia la mas ligera omision
de la mas pequeña de sus Ceremonias, tan aferrados están
en sus antiguas costumbres; y como otros sean, por el contrario, tan amantes
de la novedad, que todo lo querrian renovado, y tan despreciadores de
lo antiguo, que nada sino lo nuevo merece su aprobacion; se ha juzgado
por conveniente, prescindiendo de respetos y contemplaciones, no tanto
el satisfacer á alguno de los dos partidos, cuanto el agradar á
Dios, y procurar el aprovechamiento de ambos. Y para que ninguno de cuantos
hacen un libre uso de su razon, llegue á escandalizarse, sino que
pueda quedar satisfecho, se esponen aqu algunos de los verdaderos motivos,
por los cuales se han abolido algunas de las tales ya usadas Ceremonias,
y otras se han conservado en su vigor y aun actualmente se conservan.
Unas se abrogaron,
porque su gran multitud llegó á tal punto en estos últimos
dias, que su peso se hizo intolerable: sobre lo cual ya se quejaba San
Agustin en su tiempo, visto que se habia aumentado el número de
Ceremonias en un grado tal, que en esta parte el pueblo cristiano habia
llegado ya á ser de peor condicion que el judáico; y era
de sentir que á la primera ocasion oportuno que se presentase de
poderlo hacer pacíficamente, se quita,se semejante carga y yugo.
¿Y qué hubiera dicho San Agustin, á haber sido testigo
presencial de las nuevas ceremonias de estos últimos dias usadas
públicamente entre nosotros, ya que el gran número de las
de su tiempo no era, ni con mucho, comparable con el de las del nuestro?
Fué tan escesivo el hacinamiento de nuestras ceremonias, y tan
tenebrosas muchas de ellas, que mas bien servian ya para declarar y mostrar
los beneficios de Cristo para con nosotros. Y fuera de esto, el Evangelio
de Cristo no es una ley ceremonial (como lo fué por la mayor parte
a ley de Moisés), sino que es una religion instituida para servir
á Dios, no bajo la esclavitud de figuras y sombras, sino con la
libertad del Espíritu; y que se da por contenta. únicamente
con aquellas ceremonias mas conducentes para un órden decoroso
y una piadosa. disciplina, y mas idoneas para excitar el alma indolente
á que se recuerde de sus deberes para con Dios, mediante Alguna
notable y singular significacion, de la que pueda resultar su edificacion
y espiritual provecho. Y prescindiendo de todo esto, la principal causa
de la abolicion de algunas Ceremonias fué el haber llegado su abuso
á un grado tal, que á no haber atacado la existencia de
ellas mismas, habría sido imposible desarraigar la ceguedad supersticiosa
de los hombres rudos é ignorantes, y por otra parte la insaciable
avaricia de los que se afanan mas por su propio interes que por la gloria
de Dios.
Y ahora en cuanto
á aquellos que tal vez se escandalizarán de que todavía
se conserven en su vigor algunas de las antiguas Ceremonias, si los tales
reflexionan que es imposible, sin algunas ceremonias¡ conservar
el órden y la tranquila disciplina en la Iglesia, con facilidad
encontraran justo motivo para. reformar sus juicios: y si tanto les desagrada
que se retengan algunas de las antiguas ceremonias, y quieren mas bien
inventarlas todas de nuevo, entonces estos tales, ya que conceden la conveniencia.
de que existan algunas, pudiéndose rectamente usar las antiguas,
no podrán racionalmente reprobarlas por el mero hecho de su antigüedad,
sin dar un manifiesto testimonio de su propia insensatez; porque en tal
casa su misma antigüedad debe hecerlas mas respetables, si es que
prefieren manifestarse, y ser ellos tenidos por mas amantes de la concordia,
que de las innovaciones y novelerias, las cuales (en cuanto pueda ser
esto compatible con el verdadero instituto del cristianismo) deberán
siempre evitarse.
Ni mucho menos tienen
los tales la mas mínima razon para escandalizarse por las ceremonias
que se han conservado; porque así como se abrogaron todas aquellas
de que se habia hecho mayor abuso, y que no servian sino de gravámen
de las conciencias sin motivo alguno, así las demás que
han sido conservadas, lo fueron á causa del órden y de la
disciplina, la cual por justas causas puede ser alterada y abrogada, y
nunca, por tanto, debe representarse igual á la Ley de Dios.
Estas Ceremonias,
además, ni son obscuras, ni mudas. sino tales que cualquiera puede
percibir facilmente su significado y su verdadero uso, no siendo verosímil
que lleguen á degenerar en lo venidero en abusos, como sucedió
con las que se abrogaron. Ni por estas nuestras disposiciones condenamos
á ninguna otra nacion. ni le prescribimos tampoco cosa alguna,
sino únicamente ti nuestro propio pueblo: porque opinamos que es
conveniente se valga cada pais de aquellas ceremonias que estime mas á
propósito para ensalzar él honor y la gloria de Dios, y
para reducir al pueblo á una mas perfecta y piadosa conducta, sin
errores ni supersticiones; y que deseche cuantos abusos graves se Dotaren
introducidos con el transcurso del tiempo, como en todas las disposiciones
humanas acontece con frecuencia, y de muy diversas maneras segun la diversidad
de los paises.
|
Of
Ceremonies
Why
some be Abolished, and some Retained |
ÓRDEN
PRESCRIPTO PARA LEER EL SALTERIO.
EL
Salterio se ha de leer una vez cada mes, segun está allí
señaledo, así para la Oracion Matutina como para. la Vespertina.
Mas en Febrero se leerá solamente hasta el dia veinte y ocho ó
veinte y nueve del mismo.
Y por cuanto Enero.
Marzo, Mayo, Julio, Agosto. Octubre, y Diciembre, tienen treinta y un
dias cada uno; se ha ordenado, que en el último dia de dichos Meses
se lean los mismos Salmos, que fueron leidos el dia ántes; á
fin de que el salterio pueda principiarse de nuevo el primer dia del Mes
próximo siguiente.
Estando dividido
el Salmo cxix en veinte r dos porciones, y siendo demasiado largo para
ser leido de una vez; se ha dispuesto, Que en cada vez no se lean arriba
de cuatro ó cinco de dichas porciones.
Y al fin de cada
Salmo, y de cada una de las partes del Salmo cxix. se repetirá
este Himno:
Gloria sea al Padre, y al Hijo; y al Espíritu Santo;
Como era al principio, es ahora, y será siempre; por los siglos
de los siglos. Amen.
|
How
the Psalter is appointed to be Read |
ÓRDEN
ESTABLECIDO PARA LEER LO DEMAS DE LA ESCRITURA SANTA.
EL
Antiguo Testamento está destinado para las primeras Lecciones en
la Oracion de la Mañana y de la Tarde; de manera que se leerá
una vez cada año la mayor parte de él, segun está
señalado en el Calendario.
Se designa el Nuevo
Testamento para la segunda Leccion de la Oracion Matutina y Vespertina;
el cual vendrá á ser leido por órden dos veces en
cada año, una por la mañana, y otra por la tarde, ademas
de las Epístolas y Evangelios; escepto el Apocalipsis, del cual
se han señalado solamente algunas Lecciones al fin del año,
y ciertas Lecciones propias para diversas Fiestas.
Y para saber las
Lecciones que se han de leer cada día. mírese el día
del mes en el siguiente Calendario, y allí se encontrarán
los Capítulos que deberán leerse así en la Oracion
Matutina como en la Vespertina; esceptuándose solamente las Fiestas
Movibles, que no están en el Calendario, y las Inmovibles, en seguida
de las cuales de ha dejado un blanco en la columna de las Lecciones; las
propias de todos los tales dias se hallarán en la Tabla de las
Lecciones Propias.
Esceptuados aquellos
Domingos para los cuales hay especialmente señaladas segundas Lecciones
alternativas. si en algun otro Domingo se dijere la Oracion Vespertina
en un mismo lugar de culto público en dos diferentes horas de la
tarde, para la segunda Leccion del segundo servicio puede tomar el Ministro.
segun su discrecion, algun Capitulo de los cuatro Evangelios, ó
alguna Leccion de las designadas en la Tabla de Lecciones de los cuatro
Evangelios.
En lugar las Lecciones
señaladas en el Calendario se pueden sustituir otras previo el
consentimiento del Ordinario, en algunas ocasiones por el aprobadas.
Y nótese,
que cuando quiera que se señalan Salmos Propios ó Lecciones,
entonces los Salmos y Lecciones del curso ordinario señalados en
el Salterio y Calendario (si fueren diferentes) se omitirán por
aquella vez.
Es de advertir que
en especiales ocasiones, determinadas por el Ordinario, con su consentimiento
se pueden sustituir otros Salmos á los que se hallan designados
en el Salterio.
Si alguno de los
días de Fiesta, para los cuales hay señaladas Lecciones
Propias, cayera en la primera Dominica de Adviento, en Pascua de Resurreccion,
en Pentecostes. ó en Trinidad. se deberán leer las Lecciones
seña· ladas para la tal Dominica; mas si cayere en alguna
otra Domínica, queda á discrecion del Ministro el leer las
Lecciones para. el tal Domingo señaladas, ó las que estuvieren
designadas para aquel dia de Fiesta.
Nótese tambien,
que la Colecta. Epístola, y Eyangelio, señalados para el
Domingo. servirán despues toda la semana, á no ser que se
ordenare otra cosa en este Libro. |
Order
how the rest of Holy Scripture is appointed to be Read |