IERE logo The Book of Common Prayer
United States England Scotland Ireland Wales Canada World

    Liturgia
de la Iglesia Española Reformada Episcopal (1954)

 

Ordenes Sagrada

Prefacio

    Cuantos han leído con cuidado las Sagradas Escrituras y los autores antiguos, saben sin duda que desde el tiempo de los Apóstoles existe en la Iglesia de Cristo el Ministerio de la Palabra y de los Sacramentos, por medio de Obispos, Presbíteros y Diáconos; grados u oficios que han estado siempre en tan respetable estima, que nadie osó entrometerse en el desempeño de ellos, sin hallarse debidamente calificado, y sin la aprobación y admisión por la autoridad legítima, mediante la imposición de manos.
    La IGLESIA ESPAÑOLA REFORMADA EPISCOPAL retiene el mismo Ministerio; y para que éste continúe en todo su vigor y respeto, ninguno será reputado por legítimo Obispo, Presbítero o Diácono, ni le será permitido ejercer alguna de sus respectivas funciones en la referida IGLESIA, sino aquél únicamente que para esto hubiere sido antes llamado, aprobado y ordenado según el Rito ele la misma, o por lo menos hubiere e recibido anteriormente la ordenación o consagración de manos de algún Obispo.
    No será admitido para Diácono el que no tuviere veintitrés años cumplidos de edad. Cuantos se admitieren para Presbíteros han de tener veinticuatro años cumplidos. Y quien haya de ser consagrado Obispo, tendrá, a lo menos, treinta años cumplidos.
    El Obispo, satisfecho de la piedad, Instrucción y suficiencia de las personas que hayan de ingresar en el Ministerio, y sabedor de su buena conducta, las admitirá confiriéndoles las sagradas órdenes, en alguno de les Domingos inmediatos y posteriores a las cuatro Témporas, o en circunstancias urgentes, en cualquier otro Domingo o día festivo del año, siguiendo las fórmulas u Oficios que se hallan a continuación.

TEMPORAS

Miércoles; Viernes y Sábado, después del: 1er Domingo de Cuaresma.
Domingo de Pentecostés.
Día 14 de Septiembre;
3er Domingo de Adviento.

 


 

Preface to the Ordinal

 Ordenación de Diáconos
 

La ordenación de los Diáconos tiene lugar durante el Oficio de la Santa Comunión, siguiendo la fórmula que a continuación se pone.


El Obispo ocupará su silla cerca de la Mesa del Señor. Un Presbítero acompañará a los Ordenandos (vestidos de toga blanca), y se arrodillará con ellos en la primera grada que conduce al Presbiterio. En esta disposición, el Ministro que dirija el Culto empezará el OFICIO DE COMUNIÓN.

Después del Gloria a Dios en las alturas (página 147), el Presbítero que acompaña a los Ordenandos, se llegará con ellos al Obispo, que estará sentado en su silla y se los presentará, diciendo:

    REVERENDO en Cristo padre: Os presento estas personas que aquí veis, para que las admitáis al Diaconado.

El Obispo:

    ADVIERTE que las personas que nos presentas, sean varones capaces por su doctrina y buenas costumbres, de ejercer debidamente su ministerio, para honra de Dios y edificación de su Iglesia.

El Presbítero:

    POR tales los tengo, después de haber hecho las investigaciones que para estos casos se requieren.
 

Ordination of Deacons

El Obispo, dirigiéndose a la Congregación:

    HERMANOS: Si alguno de vosotros es sabedor de algún impedimento o notable crimen de cualquiera de estos varones, en virtud del cual no sea lícito admitirle al Diaconado, preséntese en el nombre de Dios, y manifieste el tal impedimento o crimen.

¶ [Y objetare, el Obispo sobreseerá en la ordenación de la persona acusada, hasta que se hubiere purgado del crimen.]

Luego el Obispo (habiendo recomendado aquellos que han sido juzgados dignos del Orden, a las oraciones de la Congregación) diga, levantándose:

    OYE, oh Señor, nuestra oración.
    R. Y llegue a ti nuestro clamor.
    V. Dios omnipotente, que por tu providencia has
establecido diversos órdenes de Ministros en tu Iglesia y, que inspiraste a tus Apóstoles que eligiesen al proto-mártir Esteban, y a otros, para el orden de Diáconos. Mira con benignidad a estos tus siervos llamados al mismo orden; cólmalos en tal medida de la verdad de tu doctrina, y adórnalos de tal pureza de costumbres, que puedan con sus ejemplos y palabras servirte cumplidamente fen este Ministerio, para gloria de tu santo nombre, y para edificación de tu Iglesia.
    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que el es bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

Y sígase el Oficio de Comunión, pág. 148.
 

 Request for objections
 PROFECÍA PROPIA. — Ezequiel, II. 6 a 8.

    A dice el Señor: Tú, hijo del hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y tú moras con abrojos: no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. Les hablarás, pues, mis palabras, por si escuchan y se reprimen; porque son rebeldes. Mas tú, hijo del hombre, oye lo que yo te hablo: No seas tú rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.

EPÍSTOLA PROPIA. — 1.a Timoteo, III. 8 a 13.

HERMANOS: Los diáconos deben ser honestos, no bilingües, no dados a mucho vino, no amadores de torpes ganancias; que teñgan el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean antes probados; y así ministren, si fueren sin crimen. Las mujeres asimismo honestas, no detractoras, templadas, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que bien ministraren, ganan para sí buen grado y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

O ESTA OTRA. — Hechos, VI. 2 a 7.

    Entonces los Doce convocaron la multitud de los discípulos, y dijeron: etc.
 

 Old & New Testament Readings

Después de la Epístola, sentado el Obispo en su, silla, examinará ‘en presencia de la Congregación, a cada uno de los Ordenandos, del modo siguiente:

    ¿ESTÁS en la persuasión de hallarte interiormente movido por el Espíritu Santo, para tomar sobre ti este Oficio y Ministerio, empleándote en el servicio de Dios, con el fin de promover su gloria, y para la edificación de su pueblo?
    Ordenando: En esta persuasión estoy.
    Obispo: ¿Te juzgas verdaderamente llamado a este Oficio y Ministerio, según la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, y la recta constitución de esta Iglesia?
    Ordenando: Así lo juzgo.
    Obispo: ¿Estás convencido de que las Sagradas Escrituras contienen suficientemente toda la doctrina necesaria para la salvación eterna, por medio de la fe en Jesucristo?
    Ordenando: Sí, lo estoy.
    Obispo: ¿Leerás diligentemente estas Escrituras al pueblo congregado en aquella Iglesia, en que se te encargare desempeñar tu ministerio?
    Ordenando: Tal es mi voluntad.
    Obispo: Pertenece al Oficio del Diácono, en la Iglesia en que se le encargare servir, asistir al Presbítero en el Oficio Divino, y particularmente en la administración de la Santa Comunión, ayudarle a distribuirla; leer las Santas Escrituras en la Iglesia; bautizar los Párvulos en ausencia del Presbítero y predicar, si para ello le faculta el Obispo.
    Es propio también de su Oficio, en caso de recibir esta incumbencia, informarse de los enfermos, pobres y desvalidos de la Congregación, y hacer sabedor de su estado, nombres y dirección al Ministro, para que éste con sus exhortaciones, les proporcione alivio, mediante las limosnas de sus feligreses, o de otros.
    ¿Cumplirás todo esto con alegría y de corazón?
    Ordenando: Lo cumpliré con la ayuda de Dios,
    Obispo: ¿Te aplicarás con todo esmero a modelar y conformar tu vida y la de tu familia con la doctrina de Cristo, para que así tú como tu familia, en cuanto sea posible, deis a la grey del Señor los más saludables ejemplos?
    Ordenando: Así lo haré con el auxilio de Dios.
    Obispo: ¿Obedecerás y respetarás a tu Ordinario, y a los otros Ministros de la Iglesia, a quienes estuviere confiado el encargo de dirigirte, prestándote a sus piadosos avisos de corazón y con alegría?
    Ordenando: Me esforzaré a ello, con la gracia de Dios.
 

Questions of the Candidates by the Bishop

Luego, el Obispo en pie, poniendo sus manos sobre la cabeza de cada uno de los Ordenandos, que estarán arrodillados, diga:

    RECIBE la potestad de ejercer en la Iglesia de Dios el Oficio de Diácono, el cual se te encomienda: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Después entregará a cada uno de ellos el Nuevo Testamento, diciendo:

    RECIBE la facultad de leer el Evangelio en la Iglesia de Dios, y de predicarlo, si el Obispo te autoriza para ello.

Luego, ayudado por un Presbítero, pondrá a cada uno de los recién ordenados la Banda o Estola sobre el hombro izquierdo, recogiéndola al lado derecho.

Hecho esto, uno de los nuevos Diáconos que designe el Obispo, leerá el Evangelio.

EVANGELIO PROPIO. Lucas, XII. 35 a 38.

    EN aquel tiempo decía Jesús: Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras antorchas encendidas: y vosotros, semejantes a hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere, y llamare, luego le abran. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales, cuando, el señor viniere, hallare velando: de cierto os digo, que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y pasando les servirá. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, ‘y los hallare así, bienaventurados son .los tales siervos.

Y prosígase el Oficio de Comunión, pág. 149.

El Sermón versará sobre el Oficio y deberes del Diácono.

El Obispo se encargará de dirigir el Culto desde Inclinad vuestros oídos al Señor, página 162.

Todos los recién ordenados permanecerán durante el Culto, y recibirán la Santa Comunión.

Después de la Oración de gracias, y antes del Himno final, diga el Obispo las Oraciones siguientes:

    DIOS todopoderoso, dador de todos los bienes, que por tu infinita benignidad te has dignado escoger y admitir' a estos siervos tuyos el oficio de Diáconos en tu Iglesia. Te suplicamos les concedas el conducirse con modestia, humildad y perseverancia en el desempeño de su ministerio, y que estén prontos a observar los deberes de toda disciplina espiritual; a fin de que, teniendo en todo el testimonio de una buena conciencia, y continuando siempre firmes y fortalecidos en Cristo tu Hijo, se porten tan bien en este oficio inferior, que se les halle dignos de ser admitidos a los superiores Ministerios en tu Iglesia; por el mismo Jesucristo tu Hijo, nuestro Salvador, a quien sea gloria y honra por siglos infinitos.
    R. Amén.
    V. Prevennos, oh Señor, en todas nuestras acciones con tu benigno favor, y promuévenos con tu ayuda continua; para que en todas nuestras obras, comenzadas, continuadas y acabadas en ti, glorifiquemos tu santo nombre, y finalmente alcancemos la vida eterna.
    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

 Ordination of the Deacons, and reading of the Gospel by one of them

 

Vuelva al Liturgia de la Iglesia Española Reformada Episcopal (1954)

Return to the Prayer Book of the Spanish Reformed Episcopal Church (1954)

 

Web author: Charles Wohlers U. S. EnglandScotlandIrelandWalesCanadaWorld