IERE logo The Book of Common Prayer
United States England Scotland Ireland Wales Canada World

    Liturgia
de la Iglesia Española Reformada Episcopal (1954)

 

 
La Cena del Señor

o sea

Orden para la Santa Comunión



 
 

The Supper of the Lord

or

The Order for Holy Communion

 

Para el Oficio Breve se dirán tan sólo las partes marcadas por la línea del margen.


 

Cuando haya de administrarse la Santa Cena, el Ministro lo anunciará durante los Oficios del Domingo anterior.

Si entre los que han de comulgar, supiere el Ministro que existe alguno de mal vivir pública y notoriamente, o alguno que hubiere hecho agravio a su prójimo de palabra o de obra, de modo que la Congregación haya sufrido escándalo por ello, le advertirá que no se acerque a la Mesa del Señor, hasta que dé testimonio evidente de su arrepentimiento y enmienda de su mala vida anterior.

De igual modo procederá el Ministro con aquellos entre los cuales entienda que hay enemistad y rencor, no permitiéndoles comulgar hasta que sepa que se han reconciliado. Y si la una de las partes está pronta a perdonar de corazón y a reparar los daños que hubiere hecho, mas la otra no quiere avenirse y dejar la enemistad y rencor, entonces el Ministro admitirá a la comunión al que se arrepiente, mas no al contumaz.
 

  For a shorter service, use only the parts marked by the line in the margin.
 

La Mesa, al tiempo de la Comunión, estará cubierta con un mantel blanco.


Todos en pie, el Ministro, en su sitio de costumbre, diga:

    EN el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
    R. Amén.
    V. Me levantaré, e iré a mi Padre, y le diré:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. — Oremos.

La Congregación de rodillas y el Ministro en pie, digan todos:

SEÑOR, apiádate de nosotros.
Cristo, apiádate de nosotros.
Señor, apiádate de nosotros.

 

 

      Padre nuestro, que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos del mal. Amén.
    V. De nuestros pecados ocultos, lávanos, Señor.
    R. Y de toda soberbia libra a tus siervos.
    V. Oye, oh Señor, nuestra oración.
    R. Y llegue a ti nuestro clamor.
 
  Lord's Prayer
      V. ¡Oh Dios, que de los indignos haces dignos, de los pecadores haces justos, y de los impuros haces limpios! Purifica nuestros corazones y nuestros cuerpos de todo pensamiento y toda mancha de pecado, para que de un modo aceptable podamos servirte; por medio del Gran Sacerdote sin mácula, Jesucristo tu Hijo Señor nuestro, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
    R. Amén.
    V. Señor, abre nuestros labios.
    R. Y nuestra boca anunciará tu alabanza.
  Collect for Purity
 
 (Sigue Oficio Breve, pág. 147.)

Todos en pie, el Ministro lea el Introito correspondiente al tiempo, como sigue:

[Durante el Adviento].

    ALELUYA. Porque él viene, porque él viene a juzgar la tierra, y juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su verdad. Aleluya.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Por los siglos de los siglos. Amén.
    V. ¡Oh Dios, que por medio de coros angélicos te dignaste anunciar la venida de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, e hiciste que los ángeles como heraldos proclamasen, Gloria a Dios en las alturas, paz a la tierra, buena voluntad para con los hombros! Haz que de tal manera pasemos aquí nuestros días en tu fe y temor, que a la segunda venida de tu Hijo podamos regocijarnos delante de El con gozo inefable.
    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

[Desde Natividad al Domingo de Septuagésima].

    ALELUYA. El Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria. Aleluya.
    Gloria y honor...
    R. Por los siglos...
    V. ¡Oh bendito Salvador que, como los profetas anunciaron, naciste de una Virgen, y viniste a ser tesoro de los pobres, luz para los que moraban en tinieblas, fortaleza de los débiles, salud de los enfermos, y resurrección de los muertos! Concede que por tu gloriosa natividad seamos sueltos de los lazos del pecado, y nos gocemos siempre en tu alabanza. — R. Amén.
    V. Por tu misericordia... R. Amén.

[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma].

    ALELUYA. Hasta los cielos, oh Señor, es tu misericordia, y tu verdad hasta las nubes. Aleluya.
    Gloria y honor...
    R. Por los siglos...
    V. ¡A ti, oh Señor, pertenece la alabanza en las alturas; a ti canta gloria la Iglesia sobre la tierra! Concede, te rogamos, Dios omnipotente, que como nosotros publicamos tus loores, así escuches tú siempre la voz de nuestras súplicas. — R. Amén.
    V. Por tu misericordia... R. Amén.

[Durante la Cuaresma].

    BUENO es el Señor a los que en él esperan, al alma que lo buscare.
    Gloria y honor...
    R. Por los siglos...
    V. Oigate, oh Señor, toda la tierra; a ti inclinen sus corazones el rico y el pobre; a ti solo deseen nuestras almas; y alabándote con todos sus santos que están en gozo, hallemos en ti nuestro más excelente y eterno galardón. — R. Amén.
    V. Por tu misericordia... R. Amén.

[Desde la Pascua hasta la Ascensión.]

    ALELUYA. El Señor es mi fortaleza y mi canción, y hame sido por salud. Aleluya.
    Gloria y honor
    R. Por los siglos...
    V. A ti, oh Cristo nuestro Dios, tributamos la gloria; y te rogamos que, como te dignaste morir por nuestros pecados, y al tercero día resucitaste en gloria de entre los muertos, así nosotros, libres por ti de pecado, en ti hallemos nuestro perpetuo gozo — R. Amén.
    V. Por tu misericordia... R. Amén.

[Desde la Ascensión hasta el Domingo de Pentecostés.]

    ALELUYA. El Señor de los ejércitos, él es el Rey de la gloria. Aleluya.
    Gloria y honor...
    R. Por los siglos...
    V. ¡Oh Señor y Salvador nuestro, que a la vista de tus discípulos subiste a los cielos en gloria! Otórganos que en ti nuestros corazones y nuestras almas de tal modo se eleven sobre las cosas de la tierra, que no seamos avergonzados en tu presencia cuando vengas para ser nuestro Juez. — R. Amén.
    V. Por tu misericordia... R. Amén.

[Desde Pentecostés al Domingo de la Trinidad.]

    ALELUYA. Tu buen Espíritu me guíe, oh Señor, a la tierra de rectitud. Aleluya.
    Gloria y honor...
    R. Por los siglos...
    V. ¡Oh Dios Espíritu Santo, que con el Padre y el Hijo eres juntamente adorado y glorificado! Enséñanos a conocer la verdad, y haz que en la verdad nos regocijemos siempre. — R. Amén.
    V. Por tu misericordia... R. Amén.

[Desde la Trinidad hasta el Adviento.]

    ALELUYA. Santo, santo, santo el Señor Dios todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir. Aleluya.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Por los siglos de los siglos. Amén.
    V. ¡A ti, oh Señor, pertenece la alabanza en las alturas; a ti canta gloria la Iglesia sobre la tierra! Concede, te rogamos, Dios omnipotente, que como nosotros publicamos tus loores, así escuches tú siempre la voz de nuestras súplicas.
    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

handDespués del Introito, el Ministro diga:

ALABEMOS al Señor.
 

 

 

Introits for various Seasons

 

Y todos canten o digan:

    GLORIA a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.
    Nosotros te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, por tu grande gloria, oh Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre omnipotente.
    Oh Señor, Hijo unigénito, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros. Tú que quitas los pecados del mundo, recibe nuestro ruego. Tú que estás sentado a la diestra del Padre, ten misericordia de nosotros.
    Porque tú solo eres santo, tú solo eres Señor, tú solo eres altísimo, oh Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amen.

Luego el Ministro diga:

    EE Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.

 

 

Gloria in excelsis

 
 
(Sigue Oficio Breve, pág. 149.)

    V. Lección de la Profecía, en el Libro.., capítulo.., versículo...
    R. Gracias sean dadas a Dios.

Y sentada la Congregación, el Ministro en pie, lea la Profecía propia del día; y concluya diciendo:

    AQUÍ termina la lección de la Profecía.
    R. Amén.

Y todos en pie, cántese (o léase alternadamente por el Ministro y la Congregación) la parte del

SALMO 106.

    ALABAD al Señor, porque es bueno; * que para siempre es su misericordia.
    2. ¿Quién expresará las valentías del Señor? * ¿quién publicará todas sus alabanzas?
    3. Dichosos los que guardan equidad, * el que hace justicia en todo tiempo.
    4. Acuérdate de mi, oh Señor, según tu benevolencia para con tu pueblo; * visítame con tu salvación.
    5. Para que yo vea el bien de tus escogidos, * para que me goce con la’ alegría de tu gente, y me gloríe con tu heredad.
    6. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, * por los siglos de los siglos. Amén.
 

 

 

 
Old Testament lesson

 

El Diácono diga:

HERMANOS, guardad silencio.
Lección de la Epístola de... cap.... versículo...
R. Gracias sean dadas a Dios.

Y sentada la Congregación, el Diácono, en pie, lea la Epístola propia del día; y concluya diciendo:

AQUÍ termina la lección de la Epístola.
R. Amén.

Luego, todos en pie, el Ministro diga:

    EL Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.
    V. Lección del santo Evangelio según... capitulo... versículo...
    R. Gloria sea a ti, oh Señor.

Y el Ministro lea el Evangelio propio del día; y concluya diciendo:

AQUÍ termina la lección del santo Evangelio.
R. Amén.

 

 

Epistle and Gospel lessons

 
(Sigue Oficio Breve, pág. 154.)

V. Load al Señor.
R. El nombre del Señor sea alabado.

Y cántese o léase la Lauda correspondiente al tiempo, o propia del día, como sigue:

[Durante el Adviento.]

    ¡HOSANNA! Bendito el que viene en el nombre del Señor.
    Bendito el reino de nuestro padre David. Aleluya.
    Hosanna al Hijo de David: Hosanna en las alturas.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

[Desde Natividad a Año Nuevo.]

    LA verdad brotará de la tierra. Aleluya.
    Y la justicia mirará desde los cielos. Aleluya. Aleluya.
    La misericordia y la verdad se encontrarán; la justicia y la paz se besarán.
    Gloria y honor...

[Desde Año Nuevo a la Epifanía.]

    TÚ, oh Dios, haces que te alaben las salidas de la aurora y del ocaso. Aleluya.
    Tú coronas el año de tu bondad. Aleluya. Aleluya.
    La misericordia del Señor desde el siglo y hasta el siglo sobre los que le temen.
    Gloria y honor...

[En el día de la Epifanía.]

    VERÁN reyes, y se levantarán; príncipes, y adorarán. Aleluya.
    Por causa del Señor, que es fiel, y por el Santo de Israel, que te escogió. Aleluya. Aleluya.
    Vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas del Señor.
    Gloria y honor...

[Después de la Epifanía, hasta el Domingo de Septuagésima.]

    SÁLVENOS tu diestra, Señor nuestro Dios;
    Para que confesemos tu santo nombre. Aleluya.
    Acuérdate de nosotros, Señor; y visítanos con tu salvación.
    Gloria y honor...

[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]

LÁMPARA es a mis pies tu palabra;
Y lumbrera a mi camino. Aleluya.
Guíame por la senda de tus mandamientos.
Gloria y honor...

[Durante la Cuaresma.]

    ¿POR qué me has desechado?, ¿por qué andaré abatido por la opresión del enemigo?
    Envía tu luz y tu verdad.
    Júzgame, oh Dios, y aboga mi causa; líbrame de gente impía, del hombre de engaño y de iniquidad.
    Gloria y honor...

[En el Jueves Santo.]

    EN gran manera he deseado comer con vosotros esta pascua, antes que padezca;
    Porque os digo que no comeré más de ella, Hasta que se cumpla en el reino de Dios.

[En el Viernes Santo.]

    HE aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
    El Cordero que fué inmolado,
    Es digno de tomar el poder, y riquezas, y sabiduría, y fortaleza, y honra, y gloria, y alabanza, por siempre jamás.

[En el Domingo de Pascua.]

    ESTE día lo hizo el Señor. Aleluya. Alegrémonos y regocijémonos en él. Aleluya. Aleluya.
    Voz de júbilo y de salvación en las tiendas de los justos: la diestra del Señor hace proezas.
    Gloria y honor...

[Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]

    CANTAD al Señor un cántico nuevo; porque el Señor obré maravillas. Aleluya.
    Grande es el Señor nuestro, y grande su poder. Aleluya. Aleluya.
    El ha hecho notoria su salvación; en presencia de las gentes ha revelado su justicia.
    Gloria y honor...

[Desde la Ascensión hasta Pentecostés.]

    LEVANTAD, puertas, vuestras cabezas; y levantáos, puertas eternas. Aleluya.
    Y entrará el Rey de la gloria. Aleluya. Aleluya.
    ¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos, él es el Rey de la gloria.
    Gloria y honor...

[Desde Pentecostés a la Trinidad.]

    FUERON todos llenos de Espíritu Santo. Aleluya. Y comenzaron a hablar en varias lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen. Aleluya. Aleluya.
    Bienaventurada la gente cuyo Dios es Jehováh; el pueblo a quien escogió por heredad para sí.
    Gloria y honor...

[En el Domingo de la Trinidad.]

    TRES son los que dan testimonio en el cielo. Aleluya,
    El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo. Aleluya. Aleluya.
    Y estos tres son uno. Aleluya. Aleluya. Aleluya. Gloria y honor...

[Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]

    ALABARÉ al Señor conforme a su justicia; Y cantaré al nombre de Jehováh el Altísimo. Aleluya.
    Te ensalzaré, mi Dios y Rey; y bendeciré tu nombre para siempre jamás.
    Gloria y honor...

[En días de Suplicación.]

    LACERAD vuestros corazones, y no vuestros vestidos;
    Y convertíos al Señor vuestro Dios.
    Porque misericordioso es y clemente, lento para el enojo y grande en misericordia.
    Gloria y honor...

[En días de Hacimiento de Gracias.]

    BUSQUÉ al Señor, y él me oyó. Aleluya.
    Y libróme de todas mis angustias, Aleluya. Aleluya.
    Alabad al Señor, porque es bueno; que para siempre es su misericordia.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Si la Lauda fuere sólo leída, puede cantarse un Himno.
 

 

 

 

 Praise

  handAquí tendrá lugar la Plática o Sermón, si ha de haberlo.

Después el Presbitero irá a la Mesa del Señor, y si ha de haber Ofrendas, desde allí diga: *

    PRESENTEMOS al Señor nuestras ofrendas con reverencia y temor santo.

Y los Ecónomos de la Iglesia, u otras personas al efecto nombradas, recogerán las Ofrendas de los fieles, mientras el Presbítero lee algunas de las siguientes Sentencias:

    ALUMBRE vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. — Mat. V. 16.
    No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladrones minan y hurtan; mas hacéos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan. — Mat. VI. 19, 20.
    Todas las cosas que quisiérais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos: porque ésta es la ley y los profetas. — Mat. VII. 12.
    No todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos; mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. — Mat. VII. 21.
    Zaquéo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, lo vuelvo con. el cuatro tanto. — Luc. XIX. 8.
    ¿Quién jamás peleó a sus expensas? ¿Quién planta viña, y no come su fruto? o ¿quién apacienta ganado, y no come de la leche del ganado? — 1.a Cor. IX. 7.
    Si nosotros os sembramos lo espiritual, ¿será gran cosa si segáremos de lo vuestro terrenal? — 1.a Cor. IX. 11.
    ¿No sabéis que los que trabajan en el santuario, comen del santuario, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor, que los que anuncian el Evangelio, vivan del Evangelio. — 1.a Cor. IX. 13, 14.
    El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre. — 2.a Corintios IX. 6, 7.
    El que es enseñado en la palabra, comunique en todos los bienes al que le instruye. No os enganéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. — Gál. VI. 6, 7.
    Entretanto que tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y mayormente a los domésticos de la fe. — Gál. VI. 10.
    Grande granjería es la piedad con contentamiento: porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. — 1.a Tim. VI. 6, 7.
    A los ricos de este siglo manda que hagan bien, que sean dadivosos, que con facilidad comuniquen; atesorando para sí buen fundamento para lo porvenir, para que echen mano a la vida eterna. — 1.a Tim. VI. 17, 18, 19.
    Dios no es injusto, para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado a su nombre, habiendo asistido y asistiendo aun a los santos. — Hebr. VI. 10.
    De hacer el bien y de la comunicación no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. — Hebr. XIII. 16.
    El que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él? — Juan, III. 17.
    El que da al pobre, presta al Señor; y él le dará su paga. — Prov. XIX. 17.
    Bienaventurado el que piensa en el pobre: en el día malo le librará el Señor. — Sal. XLI. 1.

Mientras los Ecónomos llevan las Ofrendas al Presbítero, cántese o léase lo siguiente:

    TUYAS son, oh Señor, todas las cosas en los cielos y en la tierra: todo es tuyo; y lo recibido de tu mano te damos.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

El Presbítero recibe las Ofrendas y las coloca sobre la Mesa del Señor. Luego pone sobre ella el Plato con el Pan y el Cáliz con el Vino, en cantidad suficiente. Si fuere grande el número de los Comulgantes, podrá poner más de un Cáliz o algún Jarro para el Vino.

Y siguiendo todos en pie, el Presbítero diga:
 
 

Sermon (if desired), followed by the Offertory

 

* Esto y las Sentencias se omitirán cuando no haya Ofrendas.

 

    ¡DIOS omnipotente y eterno! Te rogamos humildemente [que * aceptes con benevolencia las ofrendas que presentamos a tu divina Majestad; y también] que nos asistas con tu gracia, al separar y dedicar a tu servicio estos dones tuyos de Pan y Vino, para conmemorar la muerte y oblación de nuestro Redentor Jesucristo.
    R. Amén.

El Diácono lleva las Ofrendas a una de las Mesitas paratorias.
 

 

 

* Esto debe omitirse cuando no hay Ofrendas.

 
(Sigue Oficio Breve, pág. 160.)

El Presbítero prosiga:

    ACORDÉMONOS de la santa Iglesia Católica en nuestras oraciones, para que el Señor se digne corroborarla en la fe, esperanza y caridad.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.

La Congregación de rodillas, el Presbítero en pie, diga:

    ¡OH Padre celestial! Recordando tu precepto de que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y hacimientos de gracias por todos los hombres;
    Suplicámoste con humildad que bendigas a la santa Iglesia universal, y que la defiendas en los peligros, la protejas en las adversidades, y la hagas vigilante en la prosperidad.
    Concede a todos los que confiesan tu santo nombre, que vivan en un amor puro y sincero con los hermanos, y conserven la unidad del espíritu en el vínculo de paz.
    Concede que todos los Gobernantes y Magistrados cristianos dispensen verdadera e imparcialmente la justicia, para castigo de los malhechores, y para loor de los que hacen bien.
    Da gracia a todos los Obispos y demás Ministros, para que fielmente prediquen tu verdad, muestren en la práctica de su vida lo que con sus labios enseñan, y administren recta y debidamente tus santos sacramentos.
    Concede que todo tu pueblo, y en especial la congregación aquí presente, reciba con verdad tu santa Palabra, y te sirva en santidad y justicia todos los días de su vida.
    Asimismo te rogamos que por tu bondad, oh Señor, consueles y socorras a todos los que están necesitados, atribulados, enfermos, o en otra cualquiera adversidad.
    Otórganos esto, oh Padre, por amor de tu Hijo unigénito, Jesucristo nuestro Señor.
    R. Amén.
    V. Y bendecimos tu santo nombre, oh Dios nuestro, por los Patriarcas y Profetas, que predijeron la venida de tu Hijo; por los Apóstoles, que dieron testimonio de sus maravillas; por los Mártires, que murieron por la verdad: y por todos los demás siervos tuyos que han partido de esta vida en tu fe y temor; suplicándote nos des gracia para seguir sus buenos ejemplos, y nos hagas, como a ellos, partícipes de tu reino celestial.
    R. Amén.
    V. Porque tú eres la vida de los vivientes, la salud de los enfermos, y el descanso de todos los fieles difuntos, por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

 

 

Prayers

      V. Carísimos hermanos: Los que intentamos acercarnos a la santa comunión del Cuerpo y Sangre de nuestro Salvador Cristo, debemos confesar nuestras culpas, si no queremos ser condenados en el juicio de Dios; debemos humillarnos delante de los hombres, si queremos ser glorificados en presencia de los ángeles; debemos llorar en el mundo, si querernos reinar con Cristo.
    Confiados, pues, en la misericordia de Dios por medio de su amado Hijo, hagámosle nuestra humilde confesión:

Todos, devotamente de rodillas:

    ¡DIOS todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Nosotros confesamos que hemos pecado gravemente contra ti, por pensamiento, palabra, obra y omisión. Con sinceridad nos arrepentimos de estas nuestras culpas, cuyo peso en gran manera nos abate, y cuya memoria aflige nuestros corazones. Aparta, oh Señor, tu rostro de nuestros pecados, y borra todas nuestras iniquidades. Ten misericordia de nosotros, te rogamos; ten misericordia de nosotros, por el amor de tu muy amado Hijo, que murió sobre la cruz para salvarnos, y perdona todas nuestras maldades, límpianos de toda mancha de iniquidad, y llénanos de tus dones espirituales; para que en adelante caminemos en novedad de vida, mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El Presbítero (o el Obispo, si está presente) levantándose, diga:

    Dios nuestro Padre celestial, que por su grande amor a los hombres, ha prometido perdonar a todos los que con sincero arrepentimiento y verdadera fe se convierten a él; tenga misericordia de vosotros, perdone todos vuestros pecados, os confirme en todo bien, y os conduzca a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor y Redentor. Amén.
    R. Dios topoderoso tenga también de ti misericordia, perdone todos tus pecados, y te conduzca a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
    V. El Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.

 

  Confession & Absolution
 

Lea el Presbítero la Oración propia del día.

    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

  Collect of the Day
 

(Sigue Oficio Breve, pág. 162.)

    V. Oh Dios, que eres el autor de la paz! Derrama, te suplicamos, tu paz en nuestros corazones y en nuestras mentes; guárdanos y protégenos en
todos los peligros; y haz que, continuando siempre en tu protección, te sirvamos sin temor todos los días de nuestra vida; mediante nuestro Señor Jesucristo.
    R. Amén.
    V. La gracia de Dios Padre omnipotente, la paz y amor de nuestro Señor Jesucristo, y la comunión del Espíritu Santo, sea siempre con todos nosotros.
    R. Y con todos los de buena voluntad.
    V. El Señor es nuestra verdadera paz y la caridad no interrumpida. Hermanos, haced la paz unos con otros.

Todos en pie, la Congregación cante o diga:

    LA paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy.
    Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros, como yo os he amado.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
 

   
  Después el Presbítero diga:

    INCLINAD vuestros oídos al Señor.
    R. Habla, Señor, que tus siervos escuchan.
    V. Así dice el Señor:
    Venid a mí todos los que estáis trabajados- y cargados, que yo os haré descansar.
    De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

    ELEVAD vuestros corazones.
    R. Los elevamos al Señor.
    V. A Dios nuestro Señor demos gracias y alabanzas.
    R. Dárselas es digno y justo.
    V. Muy justo y digno es que en todo tiempo te alabemos, Señor santo, Padre eterno, Dios omnipotente:
 

   
 

Y lea la Ilación correspondiente al tiempo, como sigue:

[Durante el Adviento.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, cuya encarnación trajo la salud al mundo, y el cual volverá con gloria para galardonar a los que en él confían.

[Desde Natividad hasta la Epifanía.]

    POR cuanto nos diste tu bendito Hijo Jesucristo, para que naciese de una Virgen por la obra poderosa del Espíritu Santo, a fin de que nosotros pudiéramos ser limpios de toda impureza de la carne.

[Desde la Epifanía hasta el Domingo de Septuagésima.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que vino para dar luz a los que moraban en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies por caminos de paz.

[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que vino corno Adam postero, para dar vida, por su obediencia, a quienes la transgresión del primer Adam había obrado muerte.

[Durante la Cuaresma.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que se dió a Sí mismo por nosotros, para reconciliarnos contigo por la oblación de su propio cuerpo.

[En el Jueves Santo.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que en su grande amor instituyó la Comunión de su Cuerpo y Sangre, para que podamos anunciar su muerte propiciatoria, hasta que vuelva en gloria y majestad.

[En el Viernes. Santo.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, y padeció por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a ti.

[Desde la Pascua hasta la Ascensión.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que manifestando la gloria de su resurrección salió triunfante del sepulcro, habiendo por su muerte vencido a la muerte, y reconciliado por su sangre lo terreno con lo celestial.

[Desde la Ascensión hasta Pentecostés.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que después de su glorioso triunfo en la cruz y de su resurrección a la vida, subió para sentarse a tu diestra; abriendo a los hombres el reino de los cielos, para que donde él está, puedan también sus siervos estar y reinar con él en gloria.

[Desde Pentecostés al Domingo de la Trinidad.]

    POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, conforme a cuya fiel promesa el Espíritu Santo descendió del cielo, para ser el Consolador y Guía de tu pueblo, y morar en tu Iglesia para siempre.

[En el Domingo de la Trinidad.]

    QUE con tu unigénito Hijo, Señor nuestro, y con el Espíritu Santo, eres un solo Dios en Trinidad, tres Personas en una sola substancia; pues lo. que creemos de tu gloria, creemos igualmente de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni desigualdad alguna.

[Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]

   POR Jesucristo tu Hijo, Señor nuestro, que da fortaleza a los que creen én él, y eterna felicidad a los que verdaderamente le confiesan.

handY prosiga diciendo:

    POR tanto, con los ángeles y arcángeles, y con la compañía innumerable de los cielos, ensalzamos tu glorioso nombre, alabándote siempre y diciendo:
Todos juntos canten o digan:

    ¡SANTO, Santo, Santo, Señor, Dios de los ejércitos!
    Llenos están los cielos y la tierra de la gloria de tu majestad.
    ¡Hosanna al Hijo de David; hosanna en las alturas ! — Amén.

De rodillas la Congregación, el Presbítero en pie, detrás de la Mesa y cara hacia los fieles, diga:
 

  Proper Prefaces
 
    Verdaderamente santo y bendito eres, oh Dios Padre omnipotente, que enviaste a tu Hijo unigénito, para que asumiera nuestra naturaleza, y muriera sobre la cruz para nuestra redención; quien hizo allí (por su ofrenda de Sí mismo hecha una vez) un completo, perfecto y suficiente sacrificio, oblación y satisfacción por los pecados de todo el mundo.
    (1) Tome el Pan en su mano.
    (2) Parta el Pan, de modo que los fieles lo vean.
    (3) Ponga la mano sobre el Pan ya partido.
    (4) Tome el Cáliz en su mano.
    (5) Ponga la mano sobre el Cáliz o los Cálices, de modo que los fieles lo vean.
    Cristo el Señor y Redentor eterno: el cual en la noche en que fué entregado, tomó pan (1), y dando gracias, lo bendijo y partió (2), y diólo a sus discípulos, diciendo: Tomad, comed; esto (3) es mi Cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mi.
    R. Amen.
    V. Asimismo tomó el cáliz (4), después de haber cenado, diciendo: Este (5) Cáliz es el Nuevo Testamento en mi Sangre, la cual es derramada por vosotros y por muchos, para remisión de los pecados; haced esto, cuantas veces lo bebiéreis, en memoria de mí. — R. Amén.
    V. Todas las veces que comiéreis este Pan y bebiéreis este Cáliz, la muerte del Señor anunciais hasta que venga de los cielos en gloria.
    R. Amén.
    V. Haciéndolo así, Padre santísimo, nosotros tus indignos siervos conmemoramos y anunciamos la muerte de tu Hijo unigénito, según nos mandó que hiciéramos, hasta que vuelva en gloria y majestad; recordando su gloriosa pasión y resurrección y ascensión a los cielos; y dándote muy cordiales gracias por los innumerables beneficios que por ellas se nos confieren.
    Y te suplicamos humildemente, oh Padre misericordioso, que por tu poderosa bondad te dignes bendecir y santificar para nuestro uso, con tu palabra y con tu Espíritu Santo, estos dones y criaturas tuyas de pan y vino; para que recibiéndolos conforme a la santa institución de tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo, en memoria de su pasión y muerte, seamos participantes de su muy bendito Cuerpo y Sangre.
Y con fervor deseamos que de tu bondad paternal acepte benignamente este nuestro sacrificio de alabanza y hacimiento de gracias, suplicándote con humildad nos concedas que, por los méritos y la muerte de tu Hijo Jesucristo, y mediante nuestra fe en su Sangre, nosotros y toda tu Iglesia obtengamos la remisión de nuestros pecados y todos los demás beneficios de su pasión.
    Y aquí, Señor. nos presentamos y te hacemos ofrenda de nosotros mismos, nuestras almas y nuestros cuerpos, como un sacrificio racional, santo y vivo, para ti; rogándote humildemente que todos los que participemos de esta santa Comunión, seamos llenos de tu gracia y bendición celestial. Y aunque por nuestros muchos pecados seamos indignos de ofrecerte sacrificio alguno, con todo, te suplicamos que
aceptes este nuestro homenaje y acto de deber, no pesando nuestros méritos, sino perdonando nuestras ofensas, mediante Jesucristo nuestro Señor; por quien y con quien, en la unidad del Espíritu Santo, sea todo honor y gloria a ti, Padre omnipotente, por siempre jamás.
R. Amén.
 
  Prayer of Consecration
      V. El Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.
    V. La fe que creemos en nuestro corazón, confesémosla con nuestro boca.

Todos juntos, levantándose, digan el

SÍMBOLO CONSTANTINOPOLITANO.

    Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, hacedor del cielo y de la tierra, autor de todas las cosas visibles e invisibles.
    Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, y engendrado del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; por quien todas las cosas fueron hechas, tanto en el cielo como en la tiera: el cual por nosotros los hombres y por nuestra salud, descendió de los cielos; y por el Espíritu Santo se encarnó de María Virgen, y se hizo hombre; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fué sepultado, y resucitó al tercero día; subió a los cielos; esta sentado a la diestra de Dios Padre omnipotente; de allí vendrá para juzgar a los vivos y a los muertos; y su reino no tendrá fin.
    Y en el Espíritu Santo, Señor vivificador, y procedente del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo debe ser adorado y juntamente glorificado; que habló por los Profetas. Y en una sola Iglesia, santa, católica y apostólica.
    Reconocemos un solo Bautismo para la remisión de pecados; y esperamos la Resurrección de los muertos, y la vida del mundo venidero. Amén.

Luego el Presbítero diga:

    HERMANOS: Hecha la profesión de nuestra fe, y siguiendo el precepto y enseñanza de nuestro divino Maestro, que tiene palabras de vida eterna, oremos al Señor con humildad de corazón, y con todo el afecto de nuestra alma digámosle:

[Aquí la Congregación se arrodillará.]

    PADRE nuestro, que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre.
    R. Amén.
    V. Venga tu reino.
    R. Amén.
   V. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
    R. Amén.
    V. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy.
    R. Porque tú eres Dios.
    V. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
    R. Amén.
    V. Y no nos dejes caer en la tentación.
    R. Mas líbranos del mal.
    V. Librados del mal y confirmados siempre en el bien, haz que podamos servirte, oh Dios y Señor nuestro. Pon fin a nuestros pecados; da alegría a los tristes; envía redención a los cautivos; concede salud a los enfermos. Otórganos paz y seguridad en todos los días nuestros; quebranta la audacia de nuestros enemigos; oye, oh Dios, las súplicas de todos tus siervos los fieles cristianos, en este día y en todo tiempo. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, siempre por todos los siglos.
    R. Amén.
 

 

 

 

 

Nicene Creed

 

El Diácono diga:

HERMANOS, inclináos a la bendición.

El Presbítero:

EL Señor sea siempre con vosotros.
V. Y con tu espíritu.

Y diga la Bendición correspondiente al tiempo, o propia del día, como sigue:

[Durante el Adviento.]

    EL Señor Jesucristo que con su venida se dignó socorrer al mundo, nos limpie de todo pecado.
    R. Amén.
    V. Concédanos que por la virtud del Espíritu atendamos a los preceptos de su ley, para que podamos esperar con gozo su venida.
    R. Amén.
    V. Y de tal manera nos absuelva de toda culpa, que su venida no nos sobrecoja para reprobación, sino redimidos y para glorificación.
    R. Amén.
    V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

[Desde Natividad a Año Nuevo.]

    BENDÍGANOS el Señor nuestro Jesucristo, que en otro tiempo se dejó ver de los pastores en el pesebre. — R. Amén.
    Protéjanos y defiéndanos en todo, quien por nosotros asumió misericordioso la humana naturaleza. — R. Amén.
    Y el que es Señor y Redentor nuestro, se digne propicio conservarnos eternamente. — R. Amén.
    Por la misericordia de nuestro Dios, etcétera. — R. Amén.

[Desde Año Nuevo a la Epifanía.]

    EL Señor Jesucristo, que para confirmar las promesas de los Padres, quiso ser ministro de la Circuncisión, se digne circuncidar nuestros corazones. — R. Amén.
    El que sujetándose a la Ley, aceptó en su carne la señal de la alianza, nos purgue de toda impureza con el fuego de su amor. — R. Amén.
    Y el que prometió bendecir a los hijos de Abraham, en Sí mismo que es simiente suya, nos dé la posesión de la bienaventurada herencia — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[En el día de la Epifanía.]

    BENDÍGANOS el que es llamado Alpha y Omega, el Hijo unigénito de Dios Padre omnipotente. — R. Amén.
    Quien es el Principio y el Fin, nos torne consigo victoriosos para tiempos infinitos. — R. Amén.
    Y libertados del mal, de tal modo nos alumbre con su luz, que nos conceda la corona de gloria y el don de la eternidad. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[Después de la Epifanía, hasta el Domingo de
Septuagésima.
]

    EL Señor Jesucristo nos guarde propicio y nos bendiga. — R. Amén.
    Protéjanos con su clemencia y nos defienda sin cesar de todo mal. — R. Amén.
    Y nos llene de gozo, quien benigno concede el perdón de los pecados. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]

    LLÉNENOS el Señor de dones espirituales, y háganos participantes del reino de los cielos. — R. Amén.
    Mortifique nuestra carne poniendo fin a todo vicio, y vivifique nuestras almas con el principio de toda virtud. — R. Amén.
    Y en tal modo nos enriquezca de su gracia, que se agrade morar siempre en nuestros corazones. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[Durante la Cuaresma.]

    EL Señor Jesucristo que muriendo venció a la muerte, nos haga vencedores de nuestras pasiones. — R. Amén.
    El que permitió ser entregado en manos de los inicuos, nos libre de los suplicios eternos. — R. Amén.
    Y conceda que podamos vivir siempre con él, quien fué hecho vencedor de la muerte. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[En el Jueves Santo.]

    CRISTO Jesús, que es el Señor y el Maestro, nos haga mansos y humildes de corazón, para que con gozo llevemos su yugo. — R. Amén.
    Concédanos su gracia para que, siguiendo su ejemplo, por amor de él sirvamos a los pequeñuelos. — R. Amén.
    A fin de que seamos bienaventurados, poniendo en práctica lo que él mismo se dignó enseñarnos.— R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[En el Viernes Santo.]

    SOCÓRRANOS la gracia de Cristo Jesús, que por nosotros sufrió angustias y muerte. — R. Amén.
    Rasgue la cédula de nuestros delitos, quien por su muerte libertó al mundo. — R. Amén.
    E introdúzcanos en el santuario eterno, quien por una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[En el Domingo de Pascua.]

    CRISTO, el Hijo de Dios, que en el cuerpo de nuestra mortalidad llevó el oprobio de la cruz, nos libre de toda amargura y de todo daño. — R. Amén.
    Y el que en la verdadera carne de nuestra naturaleza resucitó de los muertos, santificándonos en verdad nos levante de toda caída. — R. Amén.
    Para que mediante la fe con que creemos que murió y resucitó nos prepare morada en las mansiones eternas.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]

    LA gracia, con la cual nos gozamos de estar sepultados con Cristo por la fe, aparte de nosotros todo pensamiento de iniquidad. — R. Amén.
    Y el que ha extendido la gloria de su resurrección por todo el mundo, conceda plena santificación a nuestros corazones. — R. Amén.
    Para que Aquel que le resucitó de los muertos, nos resucite también a nosotros a gloria de galardón eterno. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[Desde la Ascensión hasta Pentecostés.]

    AUXÍLIENOS Cristo el Señor, que recibido en gloria está sentado a la diestra del Padre. — R. Amén.
    Y no permita que sórdidas pasiones envilezcan nuestro cuerpo, quien ha llevado el suyo glorificado a los cielos. — R .Amén.
    Para que, los que hemos visto la gloria del que ascendió, no seamos condenados por su sentencia cuando descienda a juzgar. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[Desde Pentecostés al Domingo de la Trinidad.]

    EL Espíritu de Dios nos conduzca por las sendas de justicia y nos libre de todo lazo de pecado.— R. Amén.
    Sea el Guía en todos nuestros caminos, quien descendió manifiestamente sobre los Discípulos. — R. Amén.
    Para que llenos de él, podamos surcar ilesos el mar de este siglo, y recibamos el consuelo de la salvación eterna. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[En el Domingo de la Trinidad.]

    BENDÍGANOS el Padre, que al principio creó todas las cosas por el Verbo. — R. Amén.
    Bendíganos el Hijo, que descendió de la diestra del Padre para nuestra salud. — R. Amén.
    Bendíganos el Espíritu Santo, que en el río Jordán reposó como paloma sobre Cristo. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]

    EL Señor Jesucristo nos guarde propicio y nos bendiga — R. Amén.
    Protéjanos con su clemencia y nos defienda sin cesar de todo mal. — R. Amén.
    Y nos llene de gozo, quien benigno concede el perdón de los pecados. — R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[En días de Suplicación.]

    EL Señor nos bendiga y nos guarde. — R. Amén.
    El Señor haga resplandecer su faz sobre nosotros, y nos sea propicio. — R. Amén.
    El Señor alce a nosotros su rostro, y nos dé paz.— R. Amén.
    Por la misericordia, etc. — R. Amén.

[En días de Hacimiento de Gracias.]

    EL Señor, a cuya bondad tributamos gracias, llene de gracia nuestros corazones.
    R. Amén.
    V. Háganos siempre agradecidos por los continuos favores de su gracia.
    R. Amén.
    V. Y de tal manera se agrade en nosotros, que nos introduzca gloriosos en su reino celestial.
    R. Amén.
    V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

handDespués de la Bendición, todos en pie, canten o digan:

    GUSTAD, y ved cuán bueno es el Señor. Aleluya. Bendeciré al Señor en todo tiempo; en mi boca será siempre su alabanza. Aleluya.
    El Señor redime el alma de sus siervos; y no serán abandonados cuantos en él confían. Aleluya.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Aleluya. Amén.

Seguidamente el Presbítero reciba con reverencia la Santa Comunión en ambas especies, dándola después de igual modo a los Obispos, Presbíteros y Diáconos (si los hay presentes), y luego a los demás fieles por orden, poniendo el Pan y el Cáliz en la mano de los Comulgantes.
 

  Blessing
  Al dar el PAN a cada cual, diga:

    EL Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que fué dado por ti, preserve tu cuerpo y alma para la vida eterna. Toma y come esto en memoria de que Cristo murió por ti, y aliméntate de él en tu corazón por fe, con acción de gracias.

Y el Ministro que da el Cáliz, diga:

    LA Sangre de nuestro Señor Jesucristo, que fué derramada por ti, preserve tu cuerpo y alma para la vida eterna. Bebe esto en memoria de que la Sangre de Cristo fué derramada por ti, y sé agradecido.

Si el Pan o el Vino bendecidos, se acabaren antes de que hayan comulgado todos, el Presbítero bendecirá más, según la fórmula arriba prescrita, comenzando en Cristo el Señor y Redentor eterno, en la noche en que fué entregado, etc., y concluyendo en participantes de su muy bendito Cuerpo y Sangre.

Cuando hayan comulgado todos, el Presbítero ponga sobre la Mesa del Señor lo que sobrare de los elementos benditos, cubriéndolos con el lienzo blanco.
 

  Words of administration
  handLuego el Presbítero diga:

    EL pan del cielo nos ha dado el Señor.
    R. Con manjar de los ángeles ha nutrido a su pueblo.
    V. En Dios está nuestra salvación y nuestra gloria.
    R. Buscaremos siempre su rostro; derramaremos delante de él nuestro corazón.

Y de rodillas todos, digan:

    ¡OH Señor Dios nuestro, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Haz que cuantos hemos recibido esta santa Comunión, te busquemos y amemos siempre, sin apartarnos jamás de ti; y concédenos tu auxilio para que podamos hacer todas las cosas que son agradables en tu divina presencia; porque tú eres Dios, y no hay otro fuera de ti, por los siglos de los siglos. Amén.
 

   
 

El Presbítero, levantándose, y permaneciendo la Congregación de rodillas, diga:

    EL Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.
    V. Gracias te damos, oh Dios todopoderoso, porque te dignas apacentar a los que hemos recibido dignamente estos santos misterios, con el alimento espiritual del muy precioso Cuerpo y Sangre de tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo, asegurándonos por ello de tu favor y bondad para con nosotros. Concede, oh Señor, que los que hemos participado del un Pan, tengamos presente que somos miembros del cuerpo místico de nuestro Salvador Cristo, que es la bendita compañía de todo el pueblo fiel; y de tal manera ayúdanos con tu gracia, que continuemos en tan santa comunión y hagamos todas las obras que son dignas de la vocación a que hemos sido llamados.
    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.
 

  Prayer of Thanksgiving
  Puede cantarse un Himno.

Después el Diácono diga:

    HERMANOS, la solemnidad ha terminado en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Sean aceptadas con paz nuestras peticiones y alabanzas.
    R. Gracias sean dadas a Dios. Amén.
 

   
 

Luego el Presbítero (o el Obispo, si está presente), despida la Congregación, diciendo:

    LA paz que, al subir a los cielos, dejó Jesús a sus discípulos sea siempre con vosotros en toda su plenitud. Y la bendición de Dios el Padre omnipotente, y del Hijo, y del Espíritu Santo, descienda sobre vosotros, y more en vosotros eternamente. Amén.

  Dismissal
 

Cuando sobrare algo de los elementos bendecidos, no se guardará ni se llevará fuera de la iglesia; mas el Presbítero y los comulgantes que él llamare, lo comerán y beberán con reverencia, después de la bendición final.

Cuando hubiere de administrarse la Santa Comunión inmediatamente después de algún otro Oficio, o cuando a juicio del Ministro fuere deseable el empleo de una Fórmula más corta, podrá hacerse uso del Oficio Breve, que se compone tan sólo de las partes del Oficio Mayor marcadas por la línea del margen.

   

 

Vuelva al Liturgia de la Iglesia Española Reformada Episcopal (1954)

Return to the Prayer Book of the Spanish Reformed Episcopal Church (1954)

 

Web author: Charles Wohlers U. S. EnglandScotlandIrelandWalesCanadaWorld