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    Libro de Oración Común
y Manual de la Iglesia Anglicana

 

Consideraciones sobre la Iglesia Anglicana

    Los factores principales en la identificación de una iglesia están relacionados con sus doctrinas y enseñanzas teológicas. En este sentido la Iglesia Anglicana se siente profundamente unida con las demás iglesias que aceptan la autoridad de la Biblia como la Palabra de Dios y su verdadera revelación.

    Lo que distingue a la Iglesia Anglicana de algunas otras iglesias es, en parte, su modo de administración y sus principios de gobierno. No existe duda de que cada miembro tiene la responsabilidad de buscar la voluntad de Dios en el desarrollo de la iglesia. Por medio de concilios elegidos democráticamente, los miembros están representados en cada nivel de administración. Sin embargo, en la Iglesia Anglicana la dirección total no depende solamente de una mayoría porque se mantiene el concepto bíblico de que los líderes de la iglesia tienen una parte principal en el conocimiento de Ia dirección del Espíritu Santo. Es por esta razón que se reconoce una autoridad legítima de los obispos en la iglesia en general y a su vez de los presbíteros en las congregaciones.

    Solamente en casos muy raros, y por motivos muy poderosos puede suceder que un líder actúe sin la buena voluntad y apoyo de la gran parte de los miembros afectados. La Iglesia es una solo y la distinción entre clérigos y laicos no existe para establecer una clase privilegiada en la Iglesia ni para restar de los laicos la responsabilidad de participar en la buena marcha de todo el pueblo de Dios.

    La Iglesia Anglicana busca manifestar estos principios en armonía y amor con todos los demás hermanos en Cristo.

    En las páginas siguientes se encuentran algunas de las características que señalan más específicamente la identidad y naturaleza de la Iglesia Anglicana.
 

Considerations Regarding the Anglican Church

UNA IGLESIA HISTORICA

    La Iglesia ha existido en Gran Bretaña desde los primeros siglos de la época cristiano. Unos dicen que su apóstol fué José de Arimatea. Otros creen que fue San Pablo. Ciertamente, en el Concilio de Aries, convocado por el Emperador Constantino, en el año 313, participaron tres obispos británicos. Al llegar los invasores anglo-sajones en el siglo V, la Iglesia fué confinada a las sierras de Gales e Irlanda. Un siglo más tarde, los anglo-sajones fueron evangelizados por monjes célticos de Irlanda y Escocia y por monjes italianos de Roma. El líder de los monjes romanos, Agustín, estableció la sede de Canterbury en el siglo VI.
En el año 644 la rama céltica aceptó la primacía de Canterbury y todos quedaron bajo la creciente autoridad del obispo de Roma.

    En los siglos que siguieron, nunca desapareció la tradición que resistía a la autoridad papal. Su más destacado oponente en la «Ecclesia Anglicana» (así se titula en los documentos medievales), era el catedrático y párroco Juan Wiclif (1329-84). Wiclif sostuvo la superioridad absoluto de la Biblia sobre los pronunciamientos de la Iglesia en asuntos de fe y práctico. Insistió que cada hombre, hasta el «mozo de arado», tenía derecho de leerla y oírla en su lengua madre. Wiclif hizo la primero traducción de la Biblia al inglés, la que sirvió de base o otra, hecha por Guillermo Tyndale en 1526, y ayudó a preparar el terreno para una revolución espiritual en Inglaterra.
 

An Historic Church

UNA IGLESIA REFORMADA

    Al llegar el siglo XVI, los Iglesias que estaban en comunión con Roma se habían alejado mucho de la sencillez y espiritualidad de la Iglesia Apostólica. La tremenda inquietud entre hombres sinceros con relación a este estado de cosas se cristalizó cuando el monje alemán Martín Lutero lanzó su desafío contra las corrupciones de la Iglesia Católico Romana en 1517. Lutero había descubierto en la Biblia una verdad básica que la Iglesia había sepultado bajo un montón de tradiciones humanos. Era la doctrina de la justificación por la fe, según la cual el hombre no puede ganar el perdón de sus pecados par sus propios esfuerzos. Todo el aparato de la Iglesia Medieval — penitencias, peregrinaciones, ayunos, austeridades, absoluciones, misas, reliquias, indulgencias — no valía nada como un medio de reconciliar el pecador con Dios. La reconciliación yo la había efectuado Dios mismo, actuando en Cristo. Dios acepta (justifica) al pecador que está en Cristo. Queda entonces para el pecador el aceptar al Salvador por fe, arrepintiéndose y sirviendo a su Señor en el poder del Espíritu Santo como expresión de su confianza y gratitud. (1).

    Este redescubrimiento creó nueva vida en la Iglesia. Brotó una gozosa libertad Toaitual que no pudo ser contenida bajo las formas medievales. cionicamente, el Papa y los cardenales resistieron los cambios propuestos. Las Iglesias de Europa tuvieron que decidir entre la autoridad de Roma y la autoridad de la Biblia.

    Como muchos príncipes europeos de la época, Enrique VIII tuvo motivos políticos para independizar la iglesia de su país del poder de Roma. Fuese lo que fuera su propósito, él no podría haber hecho nada sin el consentimiento de los anglicanos. A ellos no les interesaba en lo más mínimo el tener o no una nueva reina para Enrique. Ellos buscaban una iglesia renovada de acuerdo y a la luz de la Biblia. Cuando la ley, que negaba la supremacía papal, fué introducida por el rey en el parlamento, en 1534, una gran mayoría estuvo a favor. Así había comenzado la Reforma de a Iglesia en Inglaterra.
 

A Reformed Church

 

(1) Arts. 10, 11, 12.
("Arts." refers to the 39 Articles of Religion)

 

 

 

UNA IGLESIA BIBLICA

    Enrique introdujo una Biblia inglesa en cada templo, pero no le agradó tener más cambios radicales. Años antes el rey había recibido el título de «Defensor de la Fe» de parte del Papa, por haber escrito contra Lutero, y retuvo su sospecha de la doctrina reformada hasta el día de su muerte. La Reforma tomó más ímpetu durante el reinado de su hijo, Eduardo VI (r. 1546-53). En 1549, Tomás Cranmer, el Arzobispo de Canterbury, produjo el primer «Libro de Oración Común». Este libro y las ediciones subsiguientes, han dado al anglicanismo su carácter distintivo junto con una base bíblica.

    Por medio del Libro de Oración Común, los cultos públicos han recibido una forma litúrgica que facilita la participación de toda la congregación en su propio idioma. Se preserva mucho de las liturgias antiguas, pero incluye materias compuestas por los reformadores y exhala una atmósfera profundamente evangélica. Se hace provisión para la administración de los sacramentos, el Bautismo (2) y la Santa Cena (3), instituídos por Jesús. El bautismo de de los hijos de los creyentes es recomendado, y al tener uso de razón, cada bautizado debe afirmar sus votos y recibir la imposición de manos por un obispo en el culto de la Confirmación. El orden para la Santa Cena proclama la muerte de Cristo, afirmando que Jesús « ... fué ofrecido una vez para siempre» (en la cruz) « ... e hizo allí un solo, perfecto y suficiente sacrificio y propiciación por los pecados de todo el mundo».

    La Iglesia Anglicana retiene el ministerio apostólico de obispos, presbíteros y diáconos (4); en las páginas 87 - 101 se encuentra la fórmula para su ordenación y consagración. Los votos hechos por os candidatos nos recuerdan que ningún ministerio es apostólico si es que rechaza la doctrina de los apóstoles. Los clérigos anglicanos son primeramente pastores y «ministros de la Palabra y sacramentos» (5).

    El plan de lecturas para los cultos públicos siempre sigue el año cristiano, dando énfasis en cada aspecto de las doctrinas bíblicos fundamentales y proveyendo un sistema amplio para el conocimiento de todas las partes de la Biblia. (Vea Leccionario, página 151).
 

A Biblical Church

 

(2) Arts. 27. (3) Arts. 28, 30. (4) Arts. 23, 32. (5) Art. 19.

 

 

UNA IGLESIA COMPRENSIVA

    El carácter bíblico de la Iglesia Anglicana no se realizó sin sufrimiento. La reina María (r. 1553-58) intentó hacerla volver a la obediencia romana. Tomás Cranmer, otros obispos, y una muchedumbre del pueblo, fueron quemados por su imperturbable adhesión a principios bíblicos. Este costoso testimonio facilitó el restablecimiento de La Reforma por Isabel 1, (r. 1558-1603). Su excomunión por el Papa en 1570, consumó la ruptura con Roma. Consciente de la diversidad de convicciones religiosas dentro de su reino, Isabel dio un carácter comprensivo y tolerante a la Iglesia «no inquiriendo demasiado en las conciencias». La reina resistió las demandas de los extremistas que toda tradición no explícitamente autorizada por la letra de la Biblia debiera ser eliminado (6). Los 39 Artículos de Religión, aprobados en 1562, definieron los límites de esta política comprensiva. Desde aquel entonces, el desafío anglicano ha sido: «Muéstrennos que hay algo claramente expuesto en la Sagrada Escritura que nosotros no enseñamos y lo enseñaremos. Muéstrennos que hay algo en nuestra enseñanza y práctica claramente contrario a la Sagrada Escritura y lo abandonaremos» (7).

    En los siglos posteriores a la Reforma, la Iglesia Anglicana ha crecido, llegando a tener en el año 1972 más de 65 millones de miembros en todas partes del mundo. En tal año 1.100.000 nuevos miembros fueron añadidos a la Iglesia Anglicana. Es más apropiado hablar de la «Comunión Anglicana», una comunidad de iglesias autónomas, entre las cuales, la Iglesia madre, la Iglesia de Inglaterra, es solamente un miembro. Es interesante notar que en 1900 habían 21 millones de miembros en Inglaterra y 6.700.000 en otros países. En 1972 se contaba con 32.500.000 en Inglaterra y un mayor número, 32.900.000, en el resto del mundo. El Arzobispo de Canterbury no posee ni desea ninguna autoridad papal aunque por tradición él ha presidido la Conferencia de Obispos que se ha reunido normalmente cada década durante los últimos 100 años, en Lambeth, Londres.

    Ni el Arzobispo ni la Conferencia pueden imponer sus decisiones sobre las iglesias locales, pero fue en esta Conferencia en 1888 que se acordó tener el «Cuadrilátero de Lambeth» como una base de unificación para el Anglicanismo a través del mundo.

    Tal acuerdo acepta las siguientes 4 características para la unidad de la Iglesia:

A) Las Sagradas Escrituras como contenido de todas las cosas necesarias para la salvación.
B) Los Credos históricos como normas de la Fe Cristiana.
C) Los Sacramentos que son dos: el Bautismo y la Santa Cena, como instituídos por Cristo mismo.
D) El Episcopado como una forma válida de gobierno de la
Iglesia; adaptados localmente a las necesidades de las varias regiones y pueblos.

  Actualmente la Comunión Anglicana está compuesta de provincias o confederaciones autónomas, formadas a su vez de un mínimo de 4 Diócesis.

    Inevitablemente el espíritu de comprensión ha traído mucha diversidad a las Iglesias Anglicanas. Al no forzar a sus fieles a una conformidad absoluta, el Anglicanismo pone su confianza en la autoridad del Espíritu Santo «El nos guiará a toda verdad». El Libro de Oración Común y los 39 Artículos, protegen las Iglesias contra herejía, desorden y anarquía, pero no se quita al individuo el derecho y deber de seguir su conciencia iluminada por el Espírito Santo y la Palabra. Su ideal es uno fusión de disciplina corporativa y responsabilidad individual — creyentes que no sean esclavizados, ni por la ley, ni por la licencia.
 

A Comprehensive Church

 

(6) Art. 34. (7) Art. 6.

 

 

 

 

 

 

UNA IGLESIA CATOLlCA Y PROTESTANTE

    El adjetivo «católico» describe lo que es «general» o «universal». Los anglicanos llaman a su Iglesia «católico» porque están convencidos que ella sigue siendo una parte genuina de aquella, verdadera Iglesia, la Iglesia Universal, que en todos portes y por todos los siglos ha confesado o Jesús como su Señor y Salvador. En la Iglesia Primitivo los cristianos denominaban «católica» a aquella fe y práctica enseñado por la Iglesia Universal, para distinguirla de los errores inculcados por sectas aisladas. Al llamarse católica, la Iglesia Anglicana enfatiza que ella no es una secta herética ni cismática, sino que posee continuidad con la fe, práctica y ministerio de la Iglesia Primitiva. No olvidando nunca que la tradición eclesiástica es inferior a la tradición apostólico contenida en los Escrituras, el Anglicanismo se complace en aprender del pasado. Sus miembros expresan su fe por medio de los Credos formulados en la antigüedad — el Credo de los Apóstoles, el Credo de Nicea y el Credo de Atanasia (veo página 184). Hay respeto por las decisiones de los Concilios Generales cuando no contradicen a la Escritura. El pensamiento de los Padres de la Iglesia, y de los demás maestros fieles que Dios ha dado o su pueblo en cada época, enriquece y profundizo su entendimiento de lo Palabra de Dios.

    Los anglicanos insisten que su protestantismo no es lo opuesto del catolicismo original, sino su salvaguardia. El adjetivo «protestante» denomina a aquellos iglesias que testifican a favor de la tradición apostólica encontrado en lo Biblia y aceptada por el catolicismo; envuelve uno protesto contra los doctrinas católico-romanas, o sea aquellos doctrinas añadidas después por la Iglesia de Roma. Se ve la relación bíblico entre católica y protestante bien expresado en los 39 Artículos de Religión (veo página 173); nos enfatizando doctrina católico (por ejemplo Art. 1 - 5) y otras protestando abusos y errores romanos (por ejemplo Art. 21 - 26). A la misma vez los anglicanos también protestan ciertos características de algunos iglesias evangélicas; en particular el sectarismo y fragmentación de iglesias por motivos personales o superficiales y que adolecen de una base sólida en las enseñanzas de lo Biblia. La Iglesia Anglicana insiste en uno autoridad legítima de la Iglesia misma (vea Art. 34) para proteger a las congregaciones de interpretaciones privados y reglamentos resultados de experiencias personales.
 

A Church both Catholic and Protestant

UNA IGLESIA SUDAMERICANA

    El esfuerzo inicial para establecer la Iglesia Anglicana en Sudamérica nunca fue iniciativa de alguna organización central de Inglaterra. En las diferentes repúblicas, grupos de comerciantes ingleses llegaron a acuerdos con ministros ordenados de la Iglesia Anglicana para que fueran sus capellanes. A menudo estos ministros ya estaban en el continente trabajando en alguna otra capacidad, como en el caso del Revdo. John Armstrong, quien fundó la primera Iglesia Anglicana en Buenos Aires en 1825. El había llegado a la Argentina como agente de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. El Revdo. Thomas Kendall, quien organizó los primeros cultos regulares para los anglicanos en Valparaíso en 1825, había llegado a ese puerto como tutor para la familia del Vice Cónsul Británico. Cuando en 1840, un comerciante británico, Samuel Lafone, se trasladó de Buenos Aires al Uruguay, él construyó uno iglesia en Montevideo, e invitó en el año 1845 al Revdo. John Armstrong para ser allí el primer capellán anglicano. El Revdo. William Armstrong, reemplazó posteriormente a su padre en Buenos Aires. El primer capellán en Perú, John G. Pearson, llegó a Lima en Marzo de 1849. La primera Iglesia Anglicana en Sudamérica fue la construida en 1819 en Río de Janeiro, Brasil.

    Casi cien años más tarde, 1919, se construyó la iglesia de la capellanía en Asunción, Paraguay. Entonces las repúblicas de la parte norte de Sudamérica también se establecieron capellanías. Aunque algunos de los clérigos recibían parte de sus salarios como Capellanes Consulares del Gobierno Británico, esta práctica terminó en 1875. Además de la vida espiritual que mantenían los diferentes comunidades anglicanas, una de las mayores contribuciones a la causo del Evangelio, fue la influencia amistosa que los ricos comerciantes ejercieron en la lucha por la libertad religiosa.

    Algunos de los capellanes tuvieron una gran influencia en la vida de las repúblicas en las cuales éllos fueron llamados a trabajar. El Revdo. William Case Morris, por ejemplo, es recordado por sus 40 años de trabajo filantrópico, comenzado en 1895, al fundar escuelas evangélicas para la educación de los niños pobres y un hogar de huérfanos en Buenos Aires.

    El siglo XIX también vió el desarrollo de un movimiento misionero evangélico en Sudamérica; los pioneros fueron inspirados por la vida de un anglicano, el Capitán Allen Gardiner, el primer mártir evangélico en el continente quien dio su vida por Cristo en Tierra del Fuego (1851). A través de la Sociedad Misionera Patagónico que Gardiner fundó en 1844, que más tarde llegó a ser la Sociedad Misionero Sudamericana, varios líderes anglicanos realizaron importantes trabajos: se destacan en Tierra del Fuego W. H. Stirling y Thomas Bridges; en Araucanía Charles Sadleir y William Wilson comenzando en 1894; en el Chaco Argentino y Paraguayo, Barbrooke Grubb que empezó en 1890.
 

A South American Church

ADMINISTRACION DIOCESANA

    Cada diócesis puede determinar su propia estructura para su administración. Es aconsejable que el cuerpo administrativo de la Iglesia sea la Asamblea General constituida por miembros elegidos que representan las distintas agrupaciones de la Iglesia en el país. La diócesis puede estar dividida en regiones que tienen un gran nivel de autonomía expresada por medio de sus Conferencias (o Comités) Regionales.

    Cada congregación será responsable a través de su Concilio de mantener los siguientes registros:

a) Una nómina de miembros con derecho a voto, los cuales serán miembros confirmados de 18 años de edad. Ningún miembro podrá tener su nombre inscrito en la nómina de más de una congregación. Si se estima necesario es posible borrar el nombre de un miembro del registro de una iglesia de acuerdo con los estatutos y los reglamentos.

b) Registro de cultos (incluyendo bautismos, confirmaciones, matrimonios y defunciones con nombres y detalles).

c) Libro de Contabilidad.

d) Inventario de los bienes de la Iglesia.

e) Libro de Actas.

    Cada congregación local debe tener una elección anual para formar su Concilio antes del 1.° de Mayo. Los nombres de las personas elegidas deben quedar registrados en el Libro de Actas.
 

Diocesan Administraion

DEBERES DE LOS MIEMBROS

    Cada miembro de la Iglesia tiene el deber de cumplir el propósito de Dios, tanto en su vida personal como en la vida corporal de la Iglesia.

    Los grandes líderes de la Iglesia durante los siglos han definido el fin principal del hombre como «de glorificar a Dios y gozar de El para siempre». La obediencia es el gran secreto para dar cumplimiento a este propósito. Cristo requiere fidelidad de sus discípulos y todos los que confían y siguen a El deben ser bautizados y confirmar públicamente las promesas hechas al Señor. Los siguientes puntos son un breve resumen de algunas responsabilidades claves para una verdadera lealtad a Cristo en la vida privada y en la iglesia local: el comentario y las citas bíblicos servirán como un estímulo a un mayor estudio del tema.

l — Modelar la vida diaria por el ejemplo de Cristo. — Debemos mantener el testimonio de Cristo no sólo en la iglesia sino en la vida personal y en el hogar. Nuestro testimonio demanda fidelidad tanto en nuestros hechos: Santiago 2:17, como en nuestras palabras: Romanos 10:9, sólo es posible cuando somos llenos de Espíritu Santo: Efesios 5:18; I Pedro 2:21.

2 — Mantener la práctica de la devoción diaria. — La oración, que incluye confesión, alabanza, acción de gracia y petición, es la expresión de nuestra total dependencia de Dios y un medio vital de nuestra comunión con El: Salmo 32: 1 y 5, Salmo 145: 1 y 2, Efesios 6:18; Filipenses 4:6 .

3 — Leer parte de la Biblia cada dia. — La Biblia es vital para nuestra alimentación espiritual: Jeremías 15:16. Corrige al hombre de Dios: Hebreos 4:12, y es también nuestra arma contra los ataques de Satanás: Efesios 6:17.

4 — Participar en la Santa Cena y otros cultos de la Iglesia. — Los mandatos del Señor se han expresado claramente en I Corintios 11:25. Cada miembro debe estar preparado espiritualmente y participar regularmente.
El uso especial de un día de la semana es uno de los mandamientos de Dios: Exodo 20:8. Después de la resurrección de Cristo, los primeros cristianos empezaron a guardar el primer día de la semana (domingo) en vez del séptimo día (sábado). Esto da énfasis en que la vida del cristiano no está basada solamente en el hecho de la primera creación (Dios descansó el séptimo día, después de la primera creación) sino en la nueva creación espiritual hecha posible por Cristo y su resurrección el primer día de la semana. Lo esencial está en el principio de reservar un día especial para el Señor cada semana y no un reglamento absoluto acerca de un dio. Los cristianos no estamos bajo la ley como reglamento externo - todo esto fue cumplido en Cristo pero seguimos guardando sus principios espirituales. (Vea Romanos 6:14, Gálatas 3:13 y Coloosenses 2:16). El menosprecio del compañerismo cristiano siempre causa flaqueza espiritual: Hebreos 10:23·25.

5. — Realizar una labor personal en la Iglesia y en la comunidad. — La Iglesia es el cuerpo de Cristo y cada miembro tiene una parte vital en el servicio de ella. Lucas 9:23; Lucas 10:25-37; Mateo 25:34·40.

6. — Ayudar financieramente en la obra de Dios. — Tenemos el deber hacia nuestro prójimo en general. Esto es posible a través de la obra de la iglesia local, nacional y misionera. Nuestra participación debe ser en proporción a las entradas y no solamente una obligación sino mucho más un privilegio y un medio de muchas bendiciones. I Corintios 16:1·2, Malaquías 3:10.

Duties of Members

 

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Web author: Charles Wohlers U. S. EnglandScotlandIrelandWalesCanadaWorld