The Book of Common Prayer
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    Libro de Oración Común
The Book of Common Prayer in Spanish (1928)

 

Visitación a los Enfermos

El siguiente Oficio, o parle de él, puede ser usado a discreción del Ministro.

Cuando alguna persona esté enferma, será dada noticia de ello al Ministro de la Parroquia, el cual, entrando en la presencia de la persona enferma dirá,

PAZ sea a esta casa y a todos los que en ella moran.
 

Después de lo cual dirá la Antífona siguiente, y, según su discreción, uno de los Salmos de Penitencia.

    Antífona. Oh Señor, no te acuerdes de nuestros pecados, ni de los de nuestros padres.

Entonces el Ministro dirá,

Oremos.

Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.

Ministro. Oh Señor, salva a tu siervo;
Resp. Quien pone su confianza en ti.
Ministro. Envíale socorro desde tu santuario;
Resp. Y defiéndelo siempre con tu gran poder.
Ministro. Que no prevalezca el Adversario contra él;
Resp. Ni se acerque el malvado para dañarlo.
Ministro. Que seas Tú, oh Señor, su torre fuerte;
Resp. Delante de su enemigo.
Ministro. Señor, oye nuestra oración.
Resp. Y llegue a ti nuestro clamor.

Ministro.

OH Señor, mira desde el cielo, contempla, visita y alivia a este tu siervo. Míralo con los ojos de tu misericordia; dale consuelo y firme confianza en ti, defiéndelo en todo peligro, y guárdalo en perpetua paz y seguridad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Entonces puede el Ministro decir las Antífonas y los Salmos siguientes con la Colecta a discreción suya.

    Antífona. Con mi voz clamé al SEÑOR, y El me respondió desde el monte de su santidad.

¿ Domine, quid multiplicati? Salmo iii.

OH SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos: muchos se levantan contra mí.
    Muchos dicen de mi alma: No hay para él salvación en Dios.
    Mas tú, SEÑOR, eres escudo alrededor de mí: mi gloria y el que ensalza mi cabeza.
    Con mi voz clamé al SEÑOR: y El me respondió desde el monte de su santidad.
    Yo me acosté, y dormí, y desperté: porque el SEÑOR me sostuvo.
    Del SEÑOR es la salvación: sobre tu pueblo será tu bendición.

Colecta.

OYENOS, omnipotente y muy misericordioso Dios y Salvador; extiende tu acostumbrada bondad a este tu siervo que se halla afligido por su enfermedad. Visítalo, Oh Señor, con tu amorosa misericordia, y restáuralo a su salud anterior, para que te pueda dar gracias en tu Santa Iglesia; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

    Antífona. Entraré al altar de Dios, al Dios alegría de mi gozo.
 

Visitation of the Sick

Judica me, Deus. Salmo xliii.

JUZGAME, oh Dios, y aboga mi causa; líbrame de gente impía, del hombre de engaño e iniquidad.
    Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿ por qué me has desechado? ¿ por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
    Envía tu luz y tu verdad, éstas me guiarán: me conducirán al monte de tu santidad, y a tus tabernáculos.
    Y entraré al altar de Dios, al Dios alegría de mi gozo: y te alabaré con harpa, oh Dios, Dios mío.
    ¿ Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te conturbas en mí?
     Espera a Dios: porque aún le tengo de alabar; El es salvación delante de mí, y el Dios mío.

Colecta.

SANTIFICA, te suplicamos, oh Señor, la enfermedad de este tu siervo; para que la sensación de su debilidad pueda añadir fuerza a su fe, y seriedad a su arrepentimiento; y concede que pueda morar contigo en la vida eterna; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

    Antífona. Consideraba los días desde el principio; los años de los siglos.

Voce mea ad Dominum. Salmo lxxvii.

CON mi voz clamé a Dios: a Dios clamé, y El me escuchará.
    Al Señor busqué en el día de mi angustia: mi mal corría de noche, y no se cesaba; mi alma rehusaba consuelo.
    Acordábame de Dios y gritaba: quejábame y desmayaba mi espíritu.
    Tenías los párpados de mis ojos: estaba yo quebrantado, y no hablaba.
    Consideraba los días desde el principio: los años de los siglos.
    Acordábame de mis canciones de noche; meditaba con mi corazón y mi espíritu inquiría.
    ¿ Desechará el Señor para siempre: y no volverá más a amar?
    ¿ Hase acabado para siempre su misericordia?: ¿ Hase acabado la palabra suya para generación y generación?
    ¿ Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿ Ha encerrado con ira sus piedades?
    Y dije, Enfermedad mía es ésta: traeré pues a la memoria los años de la diestra del Altísimo.

Colecta.

OYE, oh Dios, te suplicamos, estas nuestras oraciones, que te dirigimos a favor de este tu siervo; y concédele el auxilio de tu misericordioso consuelo; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

    Antífona. Si anduviere yo en medio de la angustia, Tú me vivificarás.

Confitebor tibi. Salmo cxxxviii.

ALABARTE he, oh Señor, con todo mi corazón: delante de los dioses te cantaré salmos.
    Me postraré al templo de tu santuario, y alabaré tu Nombre, por tu misericordia y tu verdad: porque has hecho magnífico tu Nombre, y tu dicho sobre todas las cosas.
    En el día que clamé, me respondiste: esforzásteme con fortaleza en mi alma.
    Si anduviere yo en medio de la angustia, Tú me vivificarás: contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano y salvaráme tu diestra.
    El SEÑOR cumplirá por mí: tu misericordia, OH SEÑOR es para siempre; no dejarás la obra de tus manos.
 

 

Colecta.

OH Dios, la fuerza del débil y el consuelo de los que sufren; Misericordiosamente acepta nuestras oraciones, y concede a tu siervo la ayuda de tu poder, para que su enfermedad sea cambiada en salud, y nuestra tristeza en gozo; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

    Antífona. El SEÑOR salva de la destrucción tu vida, y te corona de favores y misericordia.

Benedic, anima mea. Salmo ciii.

BENDICE, alma mía, al SEÑOR: y bendigan todas mis entrañas su Santo Nombre.
    Bendice, alma mía, al SEÑOR: y no olvides ninguno de sus beneficios.
    El es quien perdona todas tus iniquidades: el que sana todas tus dolencias;
    El que rescata de la destrucción tu vida: el que te corona de favores y misericordias.
    Bendecid al SEÑOR, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza: que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto.
    Bendecid al SEÑOR, vosotros todos sus ejércitos: ministros suyos, que hacéis su voluntad.
    Bendecid al SEÑOR, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su señorío: Bendice alma mía al SEÑOR.

Colecta.

ACEPTA, te suplicamos, Señor misericordioso, la devota alabanza de tu humilde siervo; y concédele un sentimiento permanente de tu amorosa bondad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Los siguientes Salmos son a propósito, y a discreción del Ministro pueden ser sustituidos por cualquiera de los arriba citados: 20, 27, 42, 91, 121, 146.

Añadiendo esto,

OH Salvador del mundo, que por tu Cruz y preciosa Sangre nos has redimido; Sálvanos, y ayúdanos, humildemente te suplicamos, oh Señor.

Conforme lo requiera la ocasión, el Ministro deberá adoctrinar a la per sona enferma acerca del significado y uso del tiempo de enfermedad, y de la oportunidad que proporciona para espiritual provecho.

Entonces puede inquirir el Ministro de la persona enferma acerca de su aceptación de la fe Cristiana y si se arrepiente verdaderamente de todos sus pecados, y se halla en caridad con todo el mundo; exhortándole a que perdone de todo corazón, a todas las personas que le hayan ofendido, y si él hubiere ofendido a alguien, pedir que le perdonen: y donde él hubiera hecho agravio o causado perjuicio a cualquiera, repare el daño en todo cuanto esté en su poder hacerlo.

Entonces la persona enferma será exhortada a hacer una confesión especial de sus pecados, si siente preocupación de conciencia; después de tal con fesión, y con la evidencia de su arrepentimiento, el Ministro le dará se guridad de la misericordia y perdón de Dios.
 

 

Entonces el Ministro dirá,

Oremos.

MUY misericordioso Dios, que, según la multitud de tus bondades, borras de tal manera los pecados de los que con verdadera fe se arrepienten, que no te acuerdas más de ellos; Abre los ojos de tu clemencia sobre este tu siervo, que desea con todo fervor el perdón y remisión de sus pecados. Renueva en él, amorosísimo Padre, todo lo que ha sido depravado, por la astucia y malicia del diablo, o por su voluntad carnal y fragilidad; preserva y haz que continúe este miembro enfermo en la unidad de la Iglesia; considera su contrición, acepta sus lágrimas, y alivia sus dolores, como creas le es más conveniente y saludable. Y por cuanto pone toda su confianza en tu misericordia, no le imputes sus pecados pasados, antes bien fortalécelo con tu Espíritu Santo; y, cuando te plugiere llamarlo a tu presencia, tómalo bajo tu protección; por los méritos de tu muy amado Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Luego dirá el Ministro,

EL Señor Omnipotente que es torre fuerte para todos los que ponen su confianza en El, y a quien todas las cosas en el cielo, en la tierra, y debajo de la tierra se inclinan y obedecen; Sea ahora y siempre tu defensa; y te haga conocer y sentir que no hay otro Nombre debajo del cielo dado al hombre, en quien y por quien tú puedas recibir salud y salvación, sino solamente el Nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Aquí el Ministro puede usar cualquiera parte de este Libro que, según su juicio, le pareciere conveniente en aquella ocasión, y entonces dirá,

ALA bondadosa misericordia y protección de Dios te encomendamos. El SEÑOR te bendiga y te guarde. El SEÑOR haga resplandecer su faz sobre ti, y te sea propicio. El SEÑOR dirija a ti su rostro, y te dé paz ahora y por siempre. Amén.

 

 

ORACIONES.

Oraciones que pueden decirse con el Oficio que precede, o con cualquiera parte de él, a discreción del Ministro.

Oración por el Restablecimiento de la Salud.

DIOS de celestiales poderes, que, por la fuerza de tu mandato, ahuyentas del cuerpo humano toda dolencia y enfermedad; Asiste con tu bondad a este tu siervo, para que su debilidad sea desvanecida y a él su fuerza vuelva; y que siéndole restaurada la salud, pueda bendecir tu Santo Nombre; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración por Salud.

DIOS Todopoderoso, que eres Dador de toda salud, y auxilio de los que a ti acuden por socorro; Pedimos tu fuerza y tu bondad en favor de este tu siervo, para que pueda ser sanado de todas sus enfermedades, para honor y gloria tuya; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Acción de Gracias por el Principio de una Mejoría.

DIOS grande y poderoso, que abates a los hombres hasta el sepulcro, y los levantas otra vez; Bendecimos tu bondad maravillosa, porque cambiaste nuestra pesadumbre en alegría y nuestro dolor en regocijo, restableciendo a este nuestro hermano a cierto grado de su salud anterior. Bendito sea tu Nombre, porque no lo abandonaste en su enfermedad; mas lo visitaste con tu consuelo; lo sostuviste en paciencia y sumisión a tu voluntad; y, por último, le enviaste el auxilio oportuno. Continúa, te suplicamos, esta tu misericordia para con él; y haz que los medios que se apliquen para su curación sean eficaces: a fin de que, siendo restablecido a la salud del cuerpo, al vigor de ánimo y a la alegría del espíritu, pueda ir a tu casa para ofrecerte una oblación con regocijo; y para bendecir tu Santo Nombre por todas tus bondades; por medio de Jesucristo nuestro Salvador, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Oración por una Persona, cuando hay poca esperanza de su Alivio.

OH Padre de misericordias, y Dios de todo consuelo, nuestro único amparo en tiempo de necesidad; Volamos a ti por el necesario socorro en favor de este tu siervo que yace aquí en gran debilidad corporal. Míralo bondadosamente, oh Señor; y cuanto más decae el hombre exterior, fortalécelo, te suplicamos, con tu gracia y Santo Espíritu en el hombre interior. Dale verdadero arrepentimiento de todos los errores de su vida pasada, y fe firme en tu Hijo Jesús; para que sus pecados puedan ser borrados por tu misericordia, y su perdón sellado en los cielos; mediante tu mismo Hijo, nuestro Señor y Salvador. Amén.

Oración por los Desalentados.

CONSUELA, te suplicamos, misericordiosísimo Dios, a este tu siervo, que se encuentra abatido y descora zonado en medio de las tristezas y dificultades de este mundo; y concede que, por el poder de tu Santo Espíritu, pueda ser capaz de proseguir con gozo su camino, y darte contínuas gracias por tu sustentadora providencia; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración que el Ministro puede ofrecer por todos los presentes.

OH Dios, cuyos días son infinitos, y cuyas misericordias son innumerables; Suplicámoste nos convenzas de la brevedad e incertidumbre de la vida humana; y concede que tu Espíritu Santo nos guíe en santidad y rectitud, todos los días de nuestra vida: a fin de que, cuando te hayamos servido en nuestra generación, seamos reunidos con nuestros padres, teniendo el testimonio de una buena conciencia; en la comunión de la Iglesia Católica; en la confianza de una fe cierta; en el consuelo de una razonable, piadosa y santa esperanza; en tu favor, oh nuestro Dios, y en perfecta caridad con todo el género humano. Te pedimos todo esto mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración Comendatoria por un Agonizante.

DIOS Todopoderoso, con quien viven los espíritus de los justos ya hechos perfectos, después que son librados de sus prisiones terrenales; Nosotros encomendamos humildemente, en tus manos, como en las manos de un Creador fiel, y Salvador muy misericordioso, el alma de este tu siervo nuestro hermano amado; suplicándote, que sea preciosa en tu presencia. Lávala, te rogamos, en la sangre de aquel Cordero inmaculado, que fué muerto para quitar los pecados del mundo; para que, quitadas las manchas que hubiere contraído, por las concupiscencias de la carne o asechanzas de Satanás, sea purificada y limpia, y pueda ser presentada pura y sin mancha delante de ti; mediante los méritos de Jesucristo, tu único Hijo nuestro Señor. Amén.

 

Prayers

LETANIA POR LOS AGONIZANTES.

OH Dios Padre;
   Ten misericordia del alma de tu siervo.
   
Oh Dios Hijo;
    Ten misericordia del alma de tu siervo.
   
Oh Dios Espíritu Santo;
    Ten misericordia del alma de tu siervo.
   
Oh Santísima Trinidad, Un solo Dios;
    Ten misericordia del alma de tu siervo.

    De todo mal, de todo pecado, de toda tribulación;
    Líbrale, buen Señor.
   
Por tu santa Encarnación, por tu Cruz y Pasión, por tu preciosa Muerte y Sepultura;
    Líbrale, buen Señor.
   
Por tu gloriosa Resurrección y Ascensión, y por la venida del Espíritu Santo.
    Líbrale, buen Señor.
   
Nosotros pecadores te suplicamos nos oigas, oh Señor Dios; Que te dignes librar el alma de tu siervo del poder del maligno, y de muerte eterna;
    Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
   
Que te dignes en tu misericordia perdonar todos sus pecados;
    Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
   
Que te dignes concederle un lugar de refrigerio y felicidad eterna;
    Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
   
Que te dignes concederle gozo y alegría en tu reino, con tus santos en luz;
    Suplicámoste nos oigas, buen Señor.

    Oh Cordero de Dios, que quitas los pecades del mundo;
    Ten misericordia de él.
    Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
    Ten misericordia de él.
    Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
    Concédele tu paz.

Señor, ten misericordia.
Cristo, ten misericordia.
Señor, ten misericordia.

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los Cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.

Oremos.

OH Señor Soberano, que no deseas la muerte de un pecador; Te suplicamos que desates el espíritu de este tu siervo de toda ligadura, y lo libres de todo mal; a fin de que pueda descansar con todos tus santos en las moradas eternas; mediante Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo, es un solo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Una Absolución que dirá el Presbítero.

EL Todopoderoso y misericordioso Señor te conceda perdón y remisión de todos tus pecados, y la gracia y consuelo del Espíritu Santo. Amén.

Comendatoria.

MARCHA, Oh alma Cristiana de este mundo, En el Nombre de Dios el Padre Omnipotente que te ha creado, En el Nombre de Jesucristo que te ha redimido, y En el Nombre del Espíritu Santo que te santifica. Que tu descanso sea en paz, y tu morada en el Paraíso de Dios.

Oración Comendatoria por el Alma del que ya Expiró.

EN tus manos, Oh misericordioso Salvador, encomendamos el alma de tu siervo que acaba de abandonar el cuerpo. Reconoce, te suplicamos humildemente, a una oveja de tu redil, a un cordero de tu propio rebaño, a un pecador que se acoge a tu propia redención. Recíbelo en los brazos de tu misericordia, en el bendito descanso de tu paz eterna, y en la comunión gloriosa de tus santos en luz. Amén.

 

Litany for the Dying

UNCION DE LOS ENFERMOS.

Cuando alguna persona enferma llegue a desear en humilde fe el ministerio de curación mediante la Unción o la Imposición de Manos, el Ministro puede usar tal porción del oficio que precede como él lo crea conveniente, y también la forma siguiente:

OH Bendito Redentor, alivia, te suplicamos, por tu poder, la angustia de este tu siervo; líbralo del pecado, y ahuyenta de él todo dolor de cuerpo y alma, a fin de que siendo restaurado al vigor de su salud, pueda ofrecerte alabanzas y acción de gracias; Tú que siendo un solo Dios, con el Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

TE unjo con óleo (o impongo mi mano sobre ti), En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; suplicando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, a fin de que siendo desvanecidos de tu cuerpo todo dolor y toda enfermedad, la bendición de la salud te sea restituída. Amén.

Es incumbencia del Ministro, el aconsejar al pueblo, mientras están en salud, el hacer Testamentos ordenando la disposición de sus bienes temporales, y cuando está en su poder, el dejar Donativos para usos religiosos o caritativos.


 

Unction of the Sick

Comunión de los Enfermos

Por cuanto todos los mortales están sujetos a muchos y súbitos peligros, males y enfermedades, e inciertos siempre de cuando han de partir de esta vida; y a fin de que estén preparados a morir cuando quiera Dios llamarles, los Ministros de tiempo en tiempo (más principalmente en tiempo de pestilencia, u otras enfermedades contagiosas) exhortarán diligentemente a sus parroquianos a recibir muchas veces la Santa Comunión del Cuerpo y Sangre de nuestro Salvador Cristo, cuando se administra públicamente en la Iglesia: para que así, en caso de una visitación súbita, tengan menos causa de inquietud por falta de este paso. Mas si la persona enferma no es capaz de venir a la Iglesia, y se halla deseosa de recibir la Comunión en su casa, dará noticia con tiempo al Presbítero, significando asimismo cuantos hay que comulguen con ella; y habiendo preparado todas las cosas necesarias, el Presbítero celebrará allí la Santa Comunión, comenzando con la Colecta, Epístola y Evangelio siguientes.

Colecta.

DIOS omnipotente y eterno, Creador del género humano, que reprendes a los que amas, y castigas a los que tú recibes; Te suplicamos tengas misericordia de este tu siervo visitado por tu mano; concédele que sufra con paciencia esta enfermedad, y recobre su salud corporal, si es de tu beneplácito; y que, cuando su alma se aparte de su cuerpo, haz que comparezca delante de ti sin mancha; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Epístola. Heb. xii. 5.

HIJO mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de El reprendido; porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo.

Evangelio. S. Juan v. 24.

DE cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida.

O la Colecta, Epístola y Evangelio siguientes pueden usarse.

Colecta.

OH Dios, Santo Padre, por cuya amorosa bondad son renovados nuestros cuerpos y nuestras almas; Mira misericordiosamente a este tu siervo, para que, habiendo desaparecido toda causa de enfermedad, pueda ser restaurado a su salud completa; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Epístola. 1 S. Juan v. 13.

ESTAS cosas he escrito a vosotros que creéis en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el Nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en El, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que El nos oye en cualquiera cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos demandado.

Evangelio. S. Juan vi. 47.

JESUS dijo, De cierto, de cierto, os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y son muertos. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera. Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre: y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

Después de lo cual, el Ministro, procederá según la forma arriba señalada para la Santa Comunión, comenzando con las palabras, Vosotros los que os arrepentís sinceramente, etc.

Al tiempo de distribuir el Santo Sacramento, el Ministro lo recibirá primero, y después lo administrará a los que han de comulgar con el enfermo, y últimamente al enfermo.

Cuando las circunstancias requieren el acortar el Servicio, la forma que sigue será suficiente:
    La Confesión y Absolución;
Elevad vuestros corazones, etc., hasta el fin del Sanctus; La Oración de Consagración, terminando con estas palabras, participantes de su muy bendito Cuerpo y Sangre; el Padre Nuestro; la Oración de Humilde Acceso; la Comunión; la Bendición. Y NÓTESE, que para la Confesión y la Absolución pueden ser usadas las que siguen.

Confesión.

PADRE Omnipotente, Señor del cielo y de la tierra, confesamos que hemos pecado contra ti en pensamiento, palabra y obra. Ten misericordia de nosotros, oh Dios conforme a tu gran bondad; según la multitud de tus misericordias, borra nuestras ofensas y límpianos de nuestros pecados; por amor de Jesucristo. Amén.

Absolución.

EL Omnipotente y misericordioso Señor, te conceda Absolución y Remisión de todos tus pecados, verdadero arrepentimiento, enmienda de vida, y la gracia y consuelo de su Espíritu Santo. Amén.

Mas si alguno, por estar en extremis, no recibe el Sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, o por no haber avisado al Presbítero en tiempo conveniente, o por otro cualquier impedimento legítimo; el Presbítero instruirá al enfermo, y le dará a entender, que si se arrepiente sinceramente de sus pecados y cree firmemente que Jesucristo sufrió la muerte en la Cruz por él, y derramó su Sangre por su redención, trayendo diligentemente a su memoria los beneficios que ha recibido por ésta, y dándole gracias de todo su corazón, come y bebe el Cuerpo y la Sangre de Cristo, para provecho y salud de su alma, aunque no reciba el Sacramento con la boca.

Este Oficio puede ser usado con personas ancianas o postradas en cama, o las que no pueden atender la Administración Pública en la Iglesia, sustituyendo la Colecta, Epístola y Evangelio del Día, en lugar de los indicados arriba.

Communion of the Sick

 

Web author: Charles Wohlers U. S. EnglandScotlandIrelandWalesCanadaWorld