The Book of Common Prayer
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    Libro de Oración Común
The Book of Common Prayer in Spanish (1928)

 

Letanía

O Plegaria General

Para ser usada después de la Tercera Colecta de la Oración Matutina, la Vespertina o antes de la Santa Comunión; o bien separadamente.

OH Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra;
     Ten misericordia de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo;
     Ten misericordia de nosotros.

Oh Dios Espíritu Santo, Santificador de los fieles;
     Ten misericordia de nosotros.

Oh Santa, bendita y gloriosa Trinidad, un solo Dios;
     Ten misericordia de nosotros.

OH Señor, no te acuerdes de nuestros pecados, ni de los de nuestros padres; ni tomes venganza de nuestras iniquidades: Perdónanos, buen Señor, perdona a tu pueblo, que redimiste con tu preciosísima sangre, y no estés para siempre irritado contra nosotros.
     Perdónanos, buen Señor.

DE todo mal y daño; del pecado; de las astucias y asaltos del diablo; de tu ira, y de la condenación eterna,
     Líbranos, Señor.
    
De ceguedad de corazón; de soberbia, vanagloria e hipocresía; de envidia, odio y mala voluntad, y de toda falta de caridad,
     Líbranos, Señor.
    
De toda afección desordenada y pecaminosa; y de todos los engaños del mundo, del demonio y de la carne,
     Líbranos, Señor.
    
De rayos y tempestades; de incendios, terremotos e in aciones; de la plaga, peste y hambre; de guerra y asesinato, y de muerte repentina,
     Líbranos, Señor.
    
De toda sedición, conspiración secreta y rebelión; de toda falsa doctrina, herejía y cisma; de todo endurecimiento de corazón, y de menosprecio de tu Palabra y de tus Mandamientos,
     Líbranos, Señor.
    
Por el misterio de tu Santa Encarnación; por tu Santa Natividad y Circuncisión; por tu Bautismo, Ayuno y Tentación,
     Líbranos, Señor.
    
Por tu Agonía y Sudor de sangre; por tu Cruz y Pasión; por tu preciosa Muerte y Sepultura; por tu gloriosa Resurrección y Ascensión; y por la venida del Espíritu Santo,
     Líbranos, Señor.
    
En todo el tiempo de nuestra tribulación; en todo el tempo de nuestra prosperidad; en la hora de la muerte, y en el día del juicio,
     Líbranos, Señor.
 

The LITANY
or General Supplication

OH Señor Dios, nosotros pecadores te suplicamos oigas nuestros ruegos; y te dignes gobernar y dirigir a tu Santa Iglesia universal por el camino de la rectitud;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes de tal manera gobernar el corazón de tu siervo, el Presidente de esta Nación, que pueda sobre todas las cosas buscar tu honor y tu gloria;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes bendecir y preservar a todos los Gobernadores y Magistrados Cristianos, dándoles la gracia para administrar justicia y sostener la verdad;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes iluminar a todos los Obispos,
     Presbíteros y Diáconos, dándoles el verdadero conocimiento e inteligencia de tu Palabra; de modo que publiquen tanto con su predicación como con su ejemplo;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes enviar labradores a tu viña;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes bendecir y proteger a todo tu pueblo;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes dar a todas las Naciones unidad, paz y concordia;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes darnos un corazón dispuesto para amarte y temerte, y para vivir cuidadosamente según tus mandamientos;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes dar a todo tu pueblo aumento de gracia para oír con humildad tu Palabra, para abrazarla con afecto puro y para producir los frutos del Espíritu;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes traer al camino de la verdad a todos los que están en error y engaño;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes fortalecer a los que aún permanecen firmes; y sostener y dar fuerza a los débiles; levantar a los caídos; y finalmente hacernos hollar a Satanás bajo nuestros pies;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes ayudar, defender y consolar a todos los que están en peligro, necesidad y tribulación;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes preservar a los que viajan por tierra, mar o aire, a todas las mujeres que están de parto, a todos los enfermos y niños; y compadecerte de los encarcelados y cautivos;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes amparar y abrir camino a todos los huérfanos y viudas, y a todos los desconsolados y oprimidos;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
     Que te dignes tener misericordia de todo el género humano;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes perdonar a nuestros enemigos, perseguidores y calumniadores, y convertir sus corazones;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes damos y conservar para nuestro uso los frutos benéficos de la tierra, para que a debido tiempo disfrutemos de ellos;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Que te dignes darnos un verdadero arrepentimiento; perdonarnos todos nuestros pecados, descuidos e ignorancias; e investirnos con la gracia de tu Espíritu Santo para enmendar nuestra vida conforme a tu Santa Palabra;
     Suplicámoste nos oigas, buen Señor.
    
Hijo de Dios, suplicámoste nos oigas.
     Hijo de Dios, suplicámoste nos oigas.
    
Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
     Concédenos tu paz.
    
Oh Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo;
     Ten misericordia de nosotros.
    
Oh Cristo, óyenos.
     Oh Cristo, óyenos.
    
Señor, ten misericordia de nosotros.
     Señor, ten misericordia de nosotros.
    
Cristo, ten misericordia de nosotros.
     Cristo, ten misericordia de nosotros.
    
Señor, ten misericordia de nosotros.
     Señor, ten misericordia de nosotros.
 

 

En seguida el Oficiante, y el Pueblo con él, dirán el Padre Nuestro.

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no dos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.

Si el Oficiante quiere, puede omitir todo cuanto sigue, hasta la Oración, Rogámoste humildemente, Oh Padre, etc.

     El Oficiante. Oh Señor, no procedas con nosotros según nuestros pecados.
     Resp. Ni nos pagues según nuestras iniquidades.

Oremos.

OH Dios, Padre Misericordioso, que no desprecias los gemidos de un corazón contrito, ni el anhelo de los angustiados; Acoge misericordiosamente las oraciones que te dirijimos en todos nuestras penas y adversidades, cuando nos oprimen; y atiéndenos con bondad, para que los males que la astucia y sutileza del demonio o del hombre obran contra nosotros, por tu buena providencia, sean reducidos a la nada; para que nosotros tus siervos, estando libres de persecuciones, te demos siempre gracias en tu Santa Iglesia; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oficiante y Pueblo.

    Oh Señor, levántate, ayúdanos y líbranos por amor de tu Nombre.

Oficiante.

OH Dios, hemos oído, y nuestros padres nos han contado, las obras gloriosas que Tú hiciste en sus días, y en tiempo anterior a ellos.

Oficiante y Pueblo.

    Oh Señor, levántate, ayúdanos y líbranos, por tu honor.

Oficiante.

     Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo;
     Como era al principio, es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
     Defiéndenos de nuestros enemigos, Oh Cristo.
     Mira benignamente nuestras aflicciones.
    
Apiádate de la angustia de nuestros corazones.
     Perdona misericordiosamente los pecados de tu pueblo.
    
Oye favorable y misericordiosamente nuestros ruegos.
     Oh Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
     Ahora y siempre dígnate oírnos, Oh Cristo.
     Oyenos misericordiosamente, Oh Cristo; óyenos bondadosamente, Oh Cristo, Señor Nuestro.

     Oh Señor, muéstranos tu misericordia;
     Como confiamos en ti.

Oremos.

ROGAMOSTE humildemente, Oh Padre, que te dignes mirar con piedad nuestras flaquezas; aparta de nosotros, por la gloria de tu Nombre, todos estos males que tan justamente hemos merecido; concédenos, que en todas nuestras calamidades pongamos toda nuestra esperanza y confianza en tu misericordia, y que te sirvamos siempre en santidad y en pureza de vida, a tu honra y gloria; por la intercesión de nuestro solo Mediador y Abogado, Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El Oficiante puede terminar aquí la Letanía, o añadir a discreción otras Oraciones de este Libro.


 

 

Oficio Penitencial

para el Miércoles de Ceniza

El Primer Día de Cuaresma, el Oficio siguiente puede ser leído inmediatamente después de la Oración, Rogámoste humildemente, Oh Padre, en la Letanía; o puede ser usado en la Oración Matutina o la Vespertina, o como Oficio aparte.

El mismo Oficio puede leerse otras veces, a juicio del Oficiante.

El Oficiante y el Pueblo arrodillados dirán el Salmo siguiente.

 

Miserere mei, Deus. Salmo li.

TEN misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, * conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
     Lávame más y más de mi maldad, * y límpiame de mi pecado:
    Porque yo reconozco mis rebeliones; * y mi pecado está siempre delante de mí.
     A ti, a ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; * porque seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
     He aquí en maldad he sido formado; * y en pecado me concibió mi madre.
     He aquí, Tú amas la verdad en lo íntimo; * y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
     Purifícame con hisopo, y seré limpio; * lávame y seré emblanquecido más que la nieve.
     Hazme oír gozo y alegría; * y se recrearán los huesos que has abatido.
     Esconde tu rostro de mis pecados; * y borra todas mis maldades.
     Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; * y renueva un espíritu recto dentro de mí.
     No me eches de delante de ti; * y no quites de mí tu Santo Espíritu.
     Vuélveme el gozo de tu salvación; * el Espíritu libre me sustente.
     Enseñaré a los prevaricadores tus caminos; * y pecadores se convertirán a ti.
     Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; * cantará mi lengua tu justicia.
     Señor, abre mis labios; * y publicará mi boca tu alabanza.
     Porque no quieres Tú sacrificio, que yo daría; * no quieres holocausto.
     Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; * al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios.
     Gloria al Padre, y al Hijo, * y al Espíritu Santo;
     Como era al prinicipio, es ahora, y será siempre; * por los siglos de los siglos. Amén.

Si ya se dijo la Letanía entera, el Oficiante puede pasar al Responsorio, Oh Señor, salva a tus siervos.

Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
 

A Penitential Office
for Ash Wednesday

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Amén.

    Oh Señor, salva a tus siervos;
    Que ponen su confianza en ti.
    Envíales ayuda desde lo alto.
    Y defiéndelos siempre con tu poder.
   
Ayúdanos, oh Dios, Salvador nuestro.
    Y por la gloria de tu Nombre líbranos; ten misericordia de nosotros pecadores, por el amor de tu Nombre.
   
Oh Señor, oye nuestra oración.
    Y llegue a ti nuestro clamor.

Oremos.

OH Señor, te suplicamos oigas misericordiosamente nuestros ruegos, y perdones a todos los que te confesan sus pecados; para que a quienes la conciencia acusa de pecado, por tu perdón misericordioso sean absueltos; mediante Cristo nuestro Señor. Amén.

OH Dios Omnipotente, y Padre misericordioso, que tienes compasión de todos los hombres, y que no quieres la muerte del pecador, sino que se convierta de su pecado, y sea salvo; Perdónanos misericordiosamente nuestras culpas; acoge y consuela a los que estamos agobiados y cansados con el peso de nuestros pecados. Es propio de ti siempre tener misericordia; sólo a ti pertenece el perdonar los pecados. Perdónanos, por lo tanto, buen Señor, perdona a tu pueblo, que Tú has redimido; no entres en juicio contra tus siervos; mas aparta tu enojo de nosotros, que conocemos humildemente nuestros pecados, y nos arrepentimos verdaderamente de nuestras culpas; apresúrate a ayudarnos en este mundo, y haz que vivamos contigo en el venidero; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Luego el pueblo dirá, siguiendo al Oficiante, lo que sigue.

CONVIERTENOS, buen Señor, y seremos convertidos. Sé propicio, oh Señor, Sé propicio a tu pueblo, Que se vuelve a ti con lágrimas, ayuno y oración. Porque Tú eres Dios misericordioso, Lleno de compasión, Muy paciente, y de gran piedad. Tú perdonas cuando nosotros merecemos castigo, Y aun en tu ira te acuerdas de la misericordia. Perdona a tu pueblo, buen Señor, perdónalo, Y que no sea entregada a confusión tu herencia. Oyenos, oh Señor, porque tu misericordia es grande, Y míranos según la multitud de tus piedades; Mediante los méritos y mediación de tu bendito Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Después el Oficiante dirá.

OH Dios, cuya invariable disposición y naturaleza es ser misericordioso; Recibe nuestras humildes súplicas; y aunque nos hallamos ligados con la cadena de nuestras culpas, haz que tu misericordia y gracia infinitas nos desaten; para honra de Jesucristo, nuestro Mediador y Abogado. Amén.

EL SEÑOR nos bendiga, y nos guarde. El SEÑOR haga resplandecer su faz sobre nosotros, y nos sea propicio. El SEÑOR dirija a nosotros su rostro, y nos dé paz, ahora y por siempre. Amén.

 

 

Web author: Charles Wohlers U. S. EnglandScotlandIrelandWalesCanadaWorld