The Book of Common Prayer
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    Libro de Oración Común
The Book of Common Prayer in Spanish (1928)

 

Fórmula para la Consagración
de una Iglesia o Capilla

El Oficio siguiente puede usarse con el Orden para la Santa Comunión, o con la Oración Matutina o la Vespertina o separadamente.

El Obispo será recibido a la entrada de la Iglesia, o Capilla, por los Guardianes y la Junta Parroquial, o por algunas otras personas designadas para este objeto. El Obispo y los Clérigos que estén presentes, procederán por la nave de la Iglesia, o Capilla, a la Santa Mesa, rezando el Salmo que sigue, un versículo por el Obispo, y otro por los Clérigos.

Domini esi terra. Salmo xxiv.

DEL SEÑOR es la tierra y su plenitud: * el mundo y los que en él habitan.
    2 Porque El la fundó sobre los mares: * y afirmóla sobre los ríos.
    3 ¿Quién subirá al monte del SEÑOR?: * ¿y quién estará en el lugar de su santidad?
    4 El limpio de manos y puro de corazón: * el que no ha elevado su alma a la vanidad, ni jurado con engaño.
    5 El recibirá bendición del SEÑOR: * y justicia del Dios de su salvación.
    6 Tal es la generación de los que le buscan: * de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.
    7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas: * y entrará el Rey de Gloria.
    8 ¿Quién es este Rey de Gloria?: * El SEÑOR el fuerte y valiente, el SEÑOR poderoso en batalla.
    9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras puertas eternas: * y entrará el Rey de Gloria.
    10 ¿Quién es este Rey de Gloria? * El SEÑOR de los ejércitos, El es el Rey de la Gloria.
    Gloria al Padre, y al Hijo: * y al Espíritu Santo;
    Como era al principio, es ahora y será siempre: * por los siglos de los siglos. Amén.

El Obispo se colocará dentro del comulgatorio, con todos los Clérigos que puedan acomodarse allí. El Obispo, sentado en su silla, tendrá ante él todos los instrumentos de Donación, y Dotación cuando los hubiere; y entonces poniéndose de pie, y volviéndose hacia la Congregación, dirá,

MUY amados en el Señor: Puesto que hombres de votos y piadosos, lo mismo bajo la Ley que bajo el Evangelio, movidos por expreso mandato divino o por la secreta inspiración del Bendito Espíritu, o bien por su propio deseo y sentimiento de orden y decencia, han erigido Casas para el culto público de Dios y las han separado de todo uso profano, indigno y común, con el objeto de infundir en el ánimo de los hombres mayor reverencia a su gloriosa Majestad, e influir en sus corazones más profunda devoción y humildad en su servicio, obras piadosas que han sido aprobadas y benignamente aceptadas por nuestro Padre celestial: no dudemos que El aprobará favorablemente nuestra piadosa intención de separar solemnemente este lugar para los diversos oficios del culto religioso; e imploremos fiel y devotamente su bendición sobre este nuestro propósito.

Entonces el Obispo, arrodillado, dirá la siguiente Oración.

OH Eterno Dios, de poder infinito, y de Majestad incomprensible, a quien el cielo de los cielos no puede contener, y mucho menos las paredes de templos hechos por manos de los hombres; y que aun te has dignado benignamente prometer tu presencia especial dondequiera que dos o tres de tus fieles siervos estuvieren congregados en tu Nombre, para ofrecerte sus alabanzas y súplicas; Dígnate, oh Señor, estar presente con nosotros, que estamos aquí reunidos con toda humildad y sinceridad de corazón, para consagrar este lugar al honor de tu excelso Nombre; separándolo desde ahora de todos los usos profanos, indignos y comunes; y dedicándolo a tu servicio, para la lectura de tu Santa Palabra, para la celebración de tus Santos Sacramentos, para ofrecer a tu gloriosa Majestad los sacrificios de oración y acciones de gracia, para bendecir a tu pueblo en tu Santo Nombre, y para todos los otros Oficios sagrados: acepta, oh Señor, esta obra de nuestras propias manos, y bendícela de tal manera que sea para el engrandecimiento de tu gloria, y la promoción de nuestra felicidad temporal y espiritual; por Jesucristo nuestro bendito Señor y Salvador. Amén.
 

Form of Consecration of a Church or Chapel

Después el Obispo poniéndose de pie, y volviéndose hacia la Congregación, dirá,

ATIENDE, oh Señor, las súplicas de tus siervos y concede que cualquiera que fuere recibido en la congregación del rebaño de Cristo, por medio del Santo Bautismo, sea santificado por el Espíritu Santo, y pueda continuar fiel soldado y siervo de Cristo hasta el fin de su vida. Amén.

CONCEDE, oh Señor, a los que en este lugar renuevan por sí mismos las promesas y votos de su Santo Bautismo, y sean confirmados por el Obispo, reciban en tal grado tu Espíritu Santo, que puedan crecer en gracia hasta el fin de sus vidas. Amén.

CONCEDE, oh Señor, que cualquiera que reciba en este lugar el Bendito Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, se acerque a esta santa ordenanza con fe, caridad y verdadero arrepentimiento; y que siendo lleno de tu gracia y bendición celestial, obtenga para su grande y eterno consuelo, la remisión de sus pecados, y todos los demás beneficios de su pasión. Amén.

CONCEDE, oh Señor, que por tu Santa Palabra que será leída y predicada en este lugar, e injertada por tu Santo Espíritu en el corazón, perciban y conozcan los que la escuchen las cosas que deben hacer, y tengan poder y fortaleza para cumplirlas. Amén.

CONCEDE, oh Señor, que todos los que en este lugar se unieren en el santo estado del Matrimonio, puedan cumplir y guardar fielmente el voto y el pacto hechos entre ellos, y que uno y otro continúen en perfecto amor hasta el fin de sus vidas. Amén.

CONCEDE, te suplicamos Bendito Señor, que todo el que se acerque a ti en este lugar, para darte gracias por los beneficios que hubieren recibido de tus manos, para manifestar tu dignísima alabanza, para confesar sus pecados delante de ti, y para pedir las cosas necesarias, tanto para el cuerpo como para el alma, lo hagan con tal sinceridad, afecto y devoción de espíritu que aceptes Tú sus deberes y servicios obligatorios y te dignes concederles cuanto en tu sabiduría infinita te pareciere les sea más conveniente. Todo esto te pedimos por amor de Jesucristo, nuestro benditísimo Señor y Salvador. Amén.

Luego estando sentado el Obispo, se leerá la Sentencia de la Consagración por alguna persona por él designada, y se pondrá sobre la Santa Mesa; y después el Obispo dirá,

BENDITO sea tu Nombre, oh Señor, porque te has dignado mover los corazones de tus siervos para apropiar y dedicar este edificio a tu honor y culto; y concede que todos los que disfruten del beneficio de esta obra piadosa, manifiesten su gratitud, sirviéndose de ella de una manera propia, para gloria de tu Bendito Nombre; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Cuando se celebra la Santa Comunión, la Colecta, Epístola y Evangelio serán los siguientes.

Colecta.

OH Gloriosísimo Dios, a quien el cielo de los cielos no puede contener; Misericordiosamente, acepta la dedicación de este lugar para tu servicio; y concede que todos los que a ti acudan en este lugar te adoren en espíritu y en verdad, y que manifiesten en sus vidas tu alabanza; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Por Epístola. Rev. xxi. 2.

Y  YO Juan vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Evangelio. S. Juan ii. 13.

Y ESTABA cerca la Pascua de los Judíos; y subió Jesús a Jerusalén. Y halló en el templo a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores sentados. Y hecho un azote de cuerdas, echólos a todos del templo y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas; y a los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me ha consumido.

Inmediatamente antes de la Bendición final, el Obispo dirá la Oración siguiente.

BENDITO sea tu Nombre, oh Señor Dios, por haberte dignado tener tu habitación entre los hijos de los hombres, y morar en medio de la asamblea de los santos sobre la tierra; Concede, te suplicamos, que en este lugar consagrado a tu servicio, se adore tu Santo Nombre en verdad y pureza por todas las generaciones; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LA Paz de Dios que excede a todo entendimiento, guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo nuestro Señor: Y la Bendición de Dios Omnipotente, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, sea con vosotros y more con vosotros eternamente. Amén.


 

 

Oficio de
Institución de Ministros

El Obispo, después de haber recibido el debido Informe de la Elección, de un Ministro en una Parroquia o Iglesia, según prescribe el Canon, y convencido de que «la persona elegida es un Ministro idóneo de esta Iglesia,» puede proceder a instituirle en la Parroquia.

El siguiente Oficio puede ser usado con el de la Santa Comunión, o con la Oración Matutina o la Vespertina o separadamente.

En cualquiera Diócesis, podrá omitirse el Párrafo final de la Carta de Institución, cuando no sea conforme con las Costumbres, Leyes o Privilegios de la Iglesia en la misma.


A nuestro muy amado en Cristo, N. N., Presbítero, Salud.

NOS, por las SigillumPresentes, damos y concedemos a vos, en cuya ciencia, diligencia, sana doctrina y prudencia confiamos enteramenteSignat., nuestra licencia y autoridad para ejercer el Cargo de lum. Presbítero, en la Parroquia (o Iglesia) de N., y además os instituímos en dicha Parroquia, (o Iglesia) con pleno poder para desempeñar todo Acto de función sacerdotal entre el Pueblo de la misma; continuando en comunión con nosotros, y en conformidad con las rúbricas y cánones de la Iglesia, y con las direcciones legales que en cualquier tiempo recibiréis de nosotros.
    Y como Presbítero canónicamente instituído en el Oficio de Rector de la Parroquia (o Iglesia) de —— debéis apacentar fielmente la parte del rebaño de Cristo que se os confía ahora; no como un contemporizador para halagar, sino teniendo siempre presente que sois responsable a nos, y al Obispo Supremo y Juez Soberano de todos en lo venidero.
    Y como el Señor ha ordenado que los que sirven al altar deban vivir de las cosas que pertenecen al altar; así os autorizamos para demandar y disfrutar de todos los emolumentos acostumbrados pertenecientes a vuestra parroquia, hasta que alguna razón urgente o razones aconsejen a vos o a la congregación confiada a vuestro cuidado, efectuar una separación y disolución de toda relación sacerdotal entre vos y ella: de todo lo cual nos daréis debida información, y en el caso de cualquiera diferencia entre vos y vuestra congregación, respecto a una separación y disolución de toda conexión sacerdotal entre vos y ella, nos, vuestro Obispo, con el consejo de nuestros Presbíteros, seremos el último árbitro y juez.

    En testimonio de lo cual, hemos unido a esto nuestro sello episcopal y firma, en el día de , de — A.D. y año de nuestra Consagración.

Señalado el día para la Institución del nuevo Beneficiado, el Obispo o el Institutor designado por él, acompañado por aquel y por los otros Clérigos presentes entrarán en el Presbiterio. Entonces todos los Clérigos presentes estarán de pie en el Presbiterio o Coro, menos el Obispo o el Presbítero que actúe como Institutor, quien irá dentro del comulgatorio; los Guardianes (o, en caso de ausencia justificada, dos miembros de la Junta Parroquial) colocados a la derecha y a la izquierda del Altar, fuera del comulgatorio; el Guardián Mayor (o el miembro de la Junta Parroquial que le sustituya), teniendo en su mano las llaves de la Iglesia y a la vista de todos, el Obispo o el Presbítero oficiante dirá,

MUY amados en el Señor, estamos reunidos para instituir al Reverendo N.N. en esta Parroquia (o Iglesia) como Presbítero y Rector de la misma; teniendo en nuestro poder vuestra votación,por el que ha sido elegido; y la Carta prescripta de Institución. Pero si alguno de vosotros puedemostrar una causa justa por la que no deba ser instituído, no proseguiremos, pues no queremos que una persona indigna ministre entre vosotros.

Si se presentare alguna objeción, el Obispo o el Presbítero que actúe como Institutor, juzgará si hay o no justa causa para suspender el Oficio.

Si no hay objeción alguna, o el Institutor ha resuelto continuar el Oficio, se leerá la Carta de Institución.

Y después, el Guardián Mayor (o el miembro de la Junta Parroquial que le sustituya) presentará las llaves de la Iglesia al nuevo Beneficiado, diciendo,

EN el nombre y en favor de esta Parroquia (o Iglesia) de, Yo os recibo y reconozco, Reverendo N. N., como Presbítero y Rector de la misma: y en señal de esto pongo en vuestras manos las llaves de esta Iglesia.
 

Office of Institution of Ministers
Luego el nuevo Beneficiado dirá,

YO N. N. recibo estas llaves de la Casa de Dios de vuestras manos, como prendas de mi Institución, de vuestro reconocimiento parroquial, y de la promesa de ser un fiel pastor para con vosotros. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

¶ Entonces el Institutor comenzará el Oficio.

Ministro. El Señor sea con vosotros.
Resp.       Y con tu espíritu.

Oremos.

DIRIGENOS, oh Señor, en todas nuestras acciones, con tu benignísimo favor, y auxílianos con tu continua ayuda; para que en todas nuestras obras principiadas, continuadas y terminadas en ti, glorifiquemos tu Santo Nombre, y finalmente, por tu misericordia, obtengamos la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor, que nos ha enseñado a orar delante de ti, oh Padre Omnipotente, en su poderoso Nombre y palabras,

PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.

Entonces el Institutor admitirá al Beneficiado dentro del comulgatorio, y le presentará la Biblia, el Libro de Oración Común, y los Libros de los Cánones de la Convención General y Diocesana, diciendo lo que sigue.

RECIBID estos Libros, y haced que sean la regla de tu conducta en la dispensación de la divina Palabra, en la dirección de las devociones del pueblo, y en el ejercicio de la disciplina de la Iglesia; y sed vos en todo como un modelo para el rebaño confiado a tu cuidado.

Después se dirá o cantará Salmo lxviii., Exsurgat Deus, o Salmo xxvi., Judica me, Domine.

    Ministro. La Ley fué dada por Moisés;
    Pueblo. Mas la Gracia y la Verdad emanaron de Jesucristo:
    Ministro y Pueblo. Que es Dios sobre todo, bendito para siempre jamás. Amén.

Oremos.

DIOS Bondadoso, dador de todos los dones buenos y perfectos,. que en tu sabia providencia has establecido diversas Ordenes en tu Iglesia; Suplicámoste concedas tu gracia a tu siervo a quien se ha confiado ahora el cargo de esta Congregación; y cólmalo de tal manera de la verdad de tu Doctrina, y adórnalo con inocencia de vida, para que pueda servirte fielmente a gloria de tu gran Nombre, y beneficio de tu Santa Iglesia; mediante Jesucristo, nuestro único Mediador y Redentor. Amén.

OH Santo Jesús, que has adquirido para ti una Iglesia universal, y has prometido estar con los Ministros de la Sucesión Apostólica hasta el fin del mundo; Dígnate misericordiosamente bendecir el ministerio y servicio del que ha sido elegido ahora para ofrecerte los sacrificios de oración y de alabanza en esta casa llamada por tu Nombre. Que sean gratos los dichos de su boca, y la meditación de su corazón delante de ti, oh Señor, roca nuestra y Redentor nuestro. Amén.

OH Dios, Santo Espíritu, Santificador de los fieles, visita, suplicámoste, a esta Congregación con tu amor y favor; ilumina sus espíritus más y más, con la luz de tu Evangelio eterno; injerta en sus corazones el amor a la verdad; acrecienta en ellos la verdadera religión; nútreles de toda virtud; y por tu gran misericordia guárdales en la misma, oh bendito Espíritu, a quien con el Padre y el Hijo juntos, adoramos y glorificamos, un Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
 

 
La Bendición.

EL Dios de paz, que resucitó de entre los muertos, a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre del eterno pacto; Os haga perfectos en toda buena obra para hacer su voluntad, efectuando en vosotros lo que es agradable en su presencia; mediante Jesucristo, a quien sea dada gloria por siempre jamás. Amén.

Entonces el Ministro Instituido se arrodillará junto al Altar para presentar sus propias súplicas, en esta forma.

OH Señor mi Dios, no soy digno de que entres debajo de mi techumbre; sin embargo, has honrado a tu siervo designándole para estar en tu Casa y servir a tu santo Altar. A ti, y a tu servicio, me consagro, cuerpo, alma y espíritu y con todas mis fuerzas y facultades. Llena mi memoria con las palabras de tu Ley; ilumina mi entendimiento con la luz del Espíritu Santo; y concede quetodos los anhelos y deseos de mi voluntad se reconcentren en lo que tú has mandado. Y, para hacerme instrumento para promover la salvación del pueblo confiado ahora a mi cargo, concede que yo dispense fielmente tus Santos Sacramentos, y que por mi vida y por mi doctrina manifieste tu Palabra viva y verdadera. Sé conmigo siempre en el cumplimiento de todos los deberes de mi ministerio: en la oración, para vivificar mis devociones; en las alabanzas, para aumentar mi amor y gratitud; y en la predicación, para dar prontitud de pensamiento y la expresión correspondiente a la claridad y excelencia de tu Santa Palabra. Concede todo esto por Jesucristo tu Hijo nuestro Salvador.

El Ministro Instituído, estando de pie, dirá,

           El Señor sea con vosotros.
Resp. Y con tu espíritu.

Oremos.

OH Dios Omnipotente, que has edificado tu Iglesia sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas, siendo Jesucristo mismo la principal piedra fundamental; Concede que, por la obra del Espíritu Santo, todos los Cristianos estén de tal manera juntos en unidad del espíritu, y en el vínculo de paz, que sean un santo templo aceptable a ti. Y especialmente a esta Congregación concede la abundancia de tu gracia; para que con un solo corazón anhele por la prosperidad de tu Santa Iglesia Apostólica, y con una sola boca profese la fe una vez dada a los Santos. Defiéndela contra los pecados de herejía y de cisma; no permitas que el pie del orgullo se aproxime para dañarla, ni la mano del impío para destruirla. Y concede que el curso de este mundo sea tan apaciblemente dirigido por tu gobierno, que tu Iglesia te sirva alegremente en toda quietud santa; a fin de que caminen por los senderos de verdad y de paz, y finalmente que sean contados entre el número de tus Santos en la gloria eterna; por los méritos del mismo tu bendito Hijo Jesucristo, bondadoso Obispo y Pastor de nuestras almas, quien vive y reina contigo y el mismo Espíritu Santo, un Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Luego seguirá el Sermón; y si ha de haber la Santa Comunión, el Ministro Instituido procederá con aquel Oficio, y a administrar la Santa Eucaristía a su Congregación; y después de la Bendición (que debe pronunciar él siempre), los Guardianes, la Junta Parroquial y todos los demás le saludarán y le darán la bienvenida, deseándole buen éxito en su cargo, Dios mediante.

Cuando el Obispo de la Diócesis está presente a la Institución de un Ministro, él le hará el discurso señalado en este Oficio en forma de carta.

 

 

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