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    Liturgia
de la Iglesia Española Reformada Episcopal (1954)

 

Consagración de Iglesia
 

La Escritura de traspaso o donación de la Iglesia, o cualesquiera otros documentos que según las circunstancias se requíeran, se presentarán al Obispo algún tiempo antes.

El Obispo será recibido a la entrada principal de la Iglesia por el Ministro y demás Clero propiamente revestidos, y por los Ecúnomos y otros.

Allí el Ministro, o alguno de sus acompañantes, presentará al Obispo una Petición, firmada por el Pastor y Ecónomos, u otros, según el caso lo requiera, rogándole Se sirva consagrar la Iglesia.

El Obispo, al recibir la Petición, dará orden cte que se lea.

Luego el Obispo y el Clero y demás acompañantes, procederán Nave arriba, diciendo o cantando al mismo tiempo (principiando el Obispo y respondiendo los demás, alternadamente por versículos) el Salmo 24.


Llegados al Presbiterio, el Obispo irá a la Mesa de Comunión, y el Ministro oficiante al Pupitre de lectura; luego el Fundador, o algún sustituto suyo, entregará al Obispo (que estará sentado en su silla) el Documento o Documentos de traspaso, donación o dotación, que el. Obispo dejará sobre la Santa Mesa, y después, levantándose y dirigiéndose a la Congregación, el Obispo diga:

    CARÍSIMOS en el Señor: Considerando que hombres devotos y piadosos, lo mismo bajo la Ley que bajo el Evangelio, movidos por la secreta inspiración del Espíritu Santo, o por expreso mandato divino, o por su propio deseo y sentimiento de orden y decencia, han erigido Casas para el servicio público de Dios y las han apartado de todo uso profano y común, con el objete de infundir en el ánimo de los que en ellas adoran, una reverencia más grande hacia su divina Majestad, y llenar sus corazones de mayor devoción y humildad en el culto; cuyas obras piadosas han sido aprobadas y benignamente aceptadas de nuestro Padre celestial: no tengamos duda alguna de que él aprobará también ahora nuestro propósito de separar solemnemente este lugar para el ejercicio de las diversas ordenanzas del culto religioso; e imploremos fiel y devotamente su bendición sobre esta nuestra empresa.

Luego, todos de rodillas, el Obispo ore:

    ETERNO Dios, grande en poderío, de majestad incomprensible, a quien los cielos de los cielos no pueden contener, mucho menos los muros de templos hechos por manos de hombre; que, sin embargo, te has complacido en prometer tu especial presencia en cualquiera lugar, donde dos o tres de tus fieles siervos se congreguen en tu nombre, para elevar a ti sus plegarias y alabanzas. Dígnate, Señor, estar presente con nosotros, que nos hemos reunido para consagrar este lugar, con toda humildad y prontitud de corazón, a la honra de tu grande nombre; separándolo desde ahora de todo uso profano, ordinario y común, y dedicándolo completamente a tu servicio; para leer en él y predicar tu santa Palabra; para celebrar tus santos Sacramentos, para ofrecer a tu gloriosa Majestad el sacrificio de oración y hacimiento de gracias, para bendecir a tu pueblo en tu nombre, y practicar los demás ritos santos que en él puedan legalmente solemnizarse. Acepta, oh Señor, este servicio que te ofrecemos, y bendícelo con el éxito que mejor conduzca a tu gloria y a la salvación de tu pueblo.
    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

La Congregación de rodillas, el Obispo levantándose diga:

    ATIENDE, oh Señor, a las súplicas de tus siervos, y concede que tu Palabra que fuere leída y predicada en este lugar, tenga tal poder que no sea jamás pronunciada en vano. Concede también que el pueblo haya gracia para oír y aceptar lo que, sacado de tu santa Palabra o de conformidad con ella, se le proponga como el medio de Salvación, a fin de que en todas sus palabras y obras busque tu gloria y la extensión de tu reino.
    R. Amén;
    V. Concede, oh Señor, que cuantos en este lugar confiesen sus pecados, y rueguen a ti, y. ala ben tu nombre, sean guardados por tu Santo Espíritu de todo errante pensamiento y de toda fantasía. mundana y carnal. Haz que sus oraciones y alabanzas suban a tu presencia y sean aceptadas en tus divinos ojos. Ilumina sus entendimientos, purifica sus corazones, santifica sus espíritus. Y todas las cosas que con fe pidieren conforme a tu voluntad, dígnate concederlas, para el socorro de sus necesidades y para la manifestación de tu gloria.
    R. Amén
    V. Concede, oh Señor, que cuantos adoren. dentro de este lugar, presenten sus cuerpos como un sacrificio vivo, santo y aceptable para ti; y que ellos mismos sean hechos templos del Espíritu Santo, donde mores tú para siempre.
    R. Amén.
    V. Concede, oh Señor, que cuantos en este lugar sean admitidos ál Bautismo, y recibidos en la congregación de tu santa Iglesia, permanezcan siempre por la virtud del Espíritu Santo en el número de tus hijos fieles elegidos.
    R. Amén.
    V. Concede, oh Señor, que cuantos en este lugar renueven y confirmen por sí mismos la solemne profesión que en su nombre fué hecha en su Bautismo y en consecuencia sean confirmados por el Obispo, se sientan fortalecidos con el Espíritu Santo el Consolador, y crezcan más y más cada día en tu Santo Espíritu hasta que lleguen a tu reino sempiterno.
    R. Amén.
    V. Concede, oh Señor, que cuantos en este lugar reciban el Sacramento del muy bendito Cuerpo y Sangre de Cristo, se alimenten de él en sus corazones por la fe con acción de gracias; y sean llenos de tu gracia y bendición celestial, para su grande y perennal consuelo.
    R. Amén.
    V. Concede, oh Señor, que cuantos en este lugar se unan en el santo estado del Matrimonio, puedan fielmente guardar y cumplir el voto y contrato hecho entre ellos, y permanecer juntos en perfecto amor y paz hasta el fin de sus vidas.
    R. Amén.
    V. Concede, oh Señor, que cuantos aquí sean admitidos a algún oficio en el sagrado Ministerio de tu Iglesia, de tal manera sean por tu Santo Espíritu henchidos con la verdad de tu doctrina y adornados con pureza de vida, que puedan fielmente servir delante de ti, para la gloria de tu grande nombre y beneficio de tu santa Iglesia. Todo lo cual suplicamos por el amor de Jesucristo nuestro bendito Señor y Salvador.
    R. Amén.
    V. Ahora al Rey eterno, inmortal, invisible, al solo sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

Luego, sentado el Obispo en su silla, se leerá en alta voz el Acta de Consagración, que el Obispo firmará y mandará sea registrada y archivada.


 

Consecration of a Church

Después de esto se celebrará el Oficio ordinario,
Matutino o Vespertino, con las variaciones siguientes:

¶ LAUDA propia:

    OFRECEREMOS sacrificio de alabanza, e invocaremos el nombre del Señor.
    Al Señor cumpliremos nuestros votos, ahora, delante de todo su pueblo,
    En los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalem. Aleluya.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Después del Salmo 95 (o del Salmo 23, si es por la tarde), léanse los Salmos 84, 122 y 132.

La primera Lección es 1.° Reyes, VIII. 22 a 43.

Y luego dígase el Te Deum.

La segunda Lección es Hebreos, X. 19 a 25.

Y después dígase el Cántico 30.

SUPLICACIÓN propia:

    OREMOS al Padre celestial nos conceda benigno, que por la virtud del Espíritu Santo seamos, cual piedras vivas, edificados una casa espiritual, para ser un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.

¶ BENDICIÓN propia:

    BENDÍGANOS Dios el Padre con toda bendición espiritual en Cristo. R. Amén.
    V. Háganos abundar en esperanza, llenándonos de todo gozo y paz en nuestra fe. R. Amén.
    V. Y derrame su amor en nuestros corazones, para que seamos hechos templos del Espíritu Santo. R. Amén.
    V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. R. Amén.

ANTÍFONA propia:

    ESTA es casa de Dios y puerta del cielo.
    La casa de Dios, casa de oración será llamada de todos los pueblos.
    A tu casa, oh Señor, conviene la santidad para largos días.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Después de la Oración propia del día podrá leerse la siguiente:

    BENDITO sea tu nombre, oh Señor, porque te ha agradado poner en el corazón de tu siervo que erigiera esta Casa para tu honor y adoración. Rogámoste que aceptes esta su ofrenda, y que tengas en memoria su obra y trabajo de amor. Y concede que cuantos gozaren del beneficio de esta obra pía, manifiesten su agradecimiento, haciendo un uso recto de ella para la gloria de tu bendito nombre; mediante Jesucristo nuestro Señor.
    R. Amén.


 

Lessons, etc. for Morning & Evening Prayer

 Para la Santa Comunión hágase uso del Oficio ordinario, con las variaciones siguientes:

    PROFECÍA. — Apocalipsis, XXI. 2 a 7.
    Apocalipsis del Apóstol Juan: Yo, Juan, vi la
santa ciudad, Jerusalem nueva, etc.
    EPÍSTOLA. — Efesios, II. 13 a 22.
    Hermanos: Ahora en Cristo Jesús, vosotros los
que en otro tiempo estabais lejos, etc.
    EVANGELIO. — Juan, II. 13 a 27.
    En aquel tiempo, estaba cerca la Pascua de los Judíos; y subió Jesús, etc.

Antes de la Oración propia del día, léase la siguiente:

    ¡GLORIOSÍSIMO Señor Dios! Nosotros confesamos que no somos dignos de ofrecerte cosa alguna nuestra; suplicámoste, empero, que por tu gran bondad te dignes aceptar la dedicación de este lugar a tu culto y servicio, y prosperar esta nuestra empresa. Recibe nuestras oraciones e intercesiones, y las de todos los demás siervos tuyos que, entrando en esta tu Casa, te invoquen ahora o en adelante; y con tu gracia prepara nuestros corazones y los suyos para servirte con reverenda y temor santo. Infunde en nosotros un solemne respeto hacia tu Majestad divina, y un profundo sentimiento de nuestra propia indignidad, para que llegándonos a tu santuario con humildad y recogimiento, con pureza y sinceridad de corazón, y con cuerpos limpios y mentes santificadas, seamos aceptables en tu presencia; mediante Jesucristo nuestro Señor.
    R. Amén.

Después de la Oración de gracias, y antes del Himno final, díganse las Oraciones siguientes:

    BENDITO sea tu nombre, oh Señor Dios, porque te agrada tener tu habitación entre los hijos de los hombres, y morar en medio de la congregación de tus santos sobre la tierra. Acepta, te rogamos, los servicios que hoy te rendimos, y concede que en este lugar, separado ahora para tu gloria, sea tu santo nombre adorado en verdad y pureza por todas las generaciones; mediante Jesucristo nuestro Señor.
    R. Amén.
    V. ¡Oh Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nuestro único Salvador y Príncipe de Paz! Aparta de nosotros todo orgullo y prevención, y cuanto pueda impedir una santa unión y concordia; para que, como no hay sino un Cuerpo y un Espíritu y una Esperanza de nuestra vocación, un Señor, una Fe, un Bautismo, un Dios y Padre de todos nos. otros, así estemos todos, de aquí en adelante, de corazón y de alma unidos en un santo vínculo de verdad y paz, de fe y caridad, y podamos glorificarte siempre con una mente y con una boca.
    R. Amén.
    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.


 Lessons, etc., for Communion

 Oficio

de Conmemoración de los Mártires


Oración.

    ¡Oh Señor Dios, Rey de los Santos! Los que hacemos hoy memoria de los siervos tuyos que en este país dieron su vida en testimonio de la verdad, muriendo por su fe en Jesucristo tu único Hijo, suplicámoste nos concedas la gracia y virtud suficientes para que, siguiendo su ejemplo, te sirvamos con fidelidad, peleemos la buena batalla. y seamos perseverantes hasta el fin, seguros de que Tú nos darás la corona de la vida eterna, por los m& ritos del mismo Señor Jesucristo, nuestro Redentor y Salvador—Amén.

Salmo 46.
Lecciones: Daniel, VII, 15-27, y Juan, XV, 17; XVI, 4.

    Recomendado por el primer Obispo de la Iglesia Española Reformada.

 Office for the Commemoration of the Martyrs

 

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