Oficio
para la Confirmación
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Toda persona deberá presentarse para la Confirmación
(si razones graves no lo impiden) antes de llegarse por vez primera a
participar de la Cena del Señor.
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El Ministro de cada Congregación cuidará de instruir
a los jóvenes de su Iglesia, en el Decálogo, Oración
Dominical y Símbolo Apostólico, y en las otras
verdades fundamentales del Evangelio, a fin de que, entrados en la edad
de discreción y con conocimiento de lo que hacen, puedan ser preparados
para la Confirmación y para su admisión en el número
de los fieles comulgantes.
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El día que el Obispo señale para el Rito de la Confirmación,
el Ministro, habiéndolo anunciado previamente en la Iglesia, presentará
los jóvenes por él instruidos y examinados.
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Confirmation |
Todos
en pie, el Obispo (u otro Ministro señalado por él) empiece
diciendo:
EN el nombre de nuestro Señor Jesucristo
sea luz y paz.
R. Amén.
V. Hermanos muy amados: Dios nuestro Padre
celestial, en su amor a los hombres, nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, las cuales son todas Sí y Amén en Cristo Jesús.
Estas promesas son para los fieles y para sus hijos, y por esta razón
fuisteis vosotros en vuestra infancia presentados al Señor, y recibisteis
el santo Bautismo, como símbolo y sello y Sacramento de la adopción
en la familia de Dios, de la remisión de pecados, de la regeneración
espiritual y de todos los demás dones que fluyen de la alianza
de gracia. Habéis entrado ya en los años de discreción,
estáis instruídos en las verdades fundamentales del Cristianismo,
y ya que podéis hacer uso de vuestra razón, es vuestro deber
y vuestro privilegio ratificar de parte vuestra el pacto hecho entre Dios
y vosotros, renovando y confirmando la profesión que en vuestro
nombre hicieron en el Bautismo vuestros Padrinos, y suplicando al Señor
que os asegure de sus promesas y os confirme en vuestra fe y en los buenos
propósitos de vuestro corazón. Así podréis
entrar en el pleno goce de los privilegios de los fieles, con grandísimo
provecho para vuestras almas, mediante la gracia y dirección del
Espíritu Santo.
Después
de esta exhortación, cántese o léase la siguiente
Antífona:
EL Consolador, el cual yo os enviaré del
Padre,
El dará testimonio de mí.
Y vosotros daréis testimonio, porque estáis
conmigo desde el principio.
Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
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Opening
statement & Antiphon |
¶
Después de la Antífona, puestos los confirmandos en
pie y en orden delante del Obispo, el Ministro los presentará diciendo:
REVERENDO en Cristo Padre: Os presento, estas personas
para que, haciendo una pública confesión de su fe cristiana,
sean por vos confirmadas y admitidas a la santa Comunión.
Obispo: Descienda sobre ellos el Espíritu
Santo, y guárdelos de todo pecado la virtud del Altísimo.
Después de esto puede el Obispo hacer una Plática, silo
cree oportuno.
¶ Terminada
la Plática, el Obispo diga:
VOSOTROS aquí delante de Dios y en presencia
de la Iglesia, ¿renováis espontáneamente la solemne
profesión que fué hecha en nombre vuestro cuando recibisteis
el Bautismo, confirmándola en vuestras personas y prometiendo con
la gracia de Dios, creer y cumplir todo lo que vuestros Padrinos reconocieron
que estabais obligados a hacer?
Responda cada uno: Así lo deseo.
Obispo: Haga uno de vosotros la ratificación,
en alta voz.
Uno de los confirmandos:
NOSOTROS renovamos y confirmamos la profesión
de nuestro Bautismo. Nosotros renunciamos al diablo y todas sus obras,
a la yana pompa y gloria del mundo con todas sus concupiscencias, y a
los deseos pecaminosos de la carne. Nosotros prometemos vivir y morir
en la fe de Jesucristo y guardar los mandamientos de Dios todos los días
de nuestra vida, con el auxilio de la divina gracia.
Obispo: ¿Es esta la promesa de cada
uno de vosotros delante de Dios y de la Iglesia?
Responda cada uno: Sí.
Obispo: Dios todopoderoso que os ha dado voluntad
para hacer esta promesa, os conceda gracia y virtud para cumplirla, mediante
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Obispo: Ahora queridos hermanos, en consideración
a vuestra promesa y en la esperanza de que la cumpliréis religiosamente
os admitimos a la plena comunión de la Iglesia cristiana, y públicamente
os reconocemos con título para acercaros, mediante la fe, a participar
de la Cena del Señor, y rogamos a todos los cristianos que están
presentes os ayuden a desempeñar vuestros deberes religiosos y
oren al Señor por vosotros.
Y puesto que habéis hecho pública profesión
de vuestra fe cristiana, os invitamos, para que descienda sobre vosotros
la bendición especial que vamos a implorar de Dios, a que en compañía
de todos los presentes confeséis vuestros pecados al Todopoderoso,
rogándole con humildad conceda el perdón, que nunca niega
a los que con arrepentimiento y fe lo piden en el nombre de Jesús.
Y todos de rodillas
digan:
¡DIOS omnipotente y Padre misericordioso,
que tienes compasión de todos los hombres y has dado a tu Hijo
en propiciación por los pecados de todo el mundo! Por amor de él
apiádate de nosotros tus indignos siervos. Oyenos a los que confesamos
nuestras transgresiones y nos arrepentimos de nuestros pecados. Perdona
nuestras ofensas, borra todas nuestras iniquidades y concédenos
tu gracia, para que en adelante podamos andar' en tus caminos y servirte
y agradarte en novedad de vida, mediante Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
El Obispo levantándose,
diga:
DIOS todopoderoso, por su gran misericordia os
perdone todos vuestros pecados, confirme y corrobore todos vuestros deseos
y propósitos y os dé gracia para realizarlos, mediante nuestro
Señor Jesucristo.
R. Amén.
V. Nuestro auxilio es en el nombre del Señor.
R. Que ha hecho los cielos y la tierra.
V. Bendito sea el nombre del Señor.
R. Desde ahora y para siempre.
V. Oye, oh Señor, nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
V. ¡Oh Dios omnipotente y eterno, que
a los regenerados concedes el perdón de todos sus pecados y la
gracia para perseverar en tu amor y obediencia! Corrobora, te rogamos,
a estos siervos tuyos por el Espíritu Santo el Consolador, y aumenta
diariamente en ellos tus varios dones de gracia: el espíritu de
sabiduría y entendimiento, el espíritu de consejo y fortaleza
espiritual, el espíritu de conocimiento y piedad verdadera, y llénalos
del espíritu de tu temor santo, ahora y siempre.
R. Amén.
V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que
eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los
siglos.;
R. Amén.
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Presentation
of the candidates |
Sentada
la Congregación, en pie los confirmandos, lea el Diácono
lo que sigue:
ESCUCHAD, hermanos, lo que se nos refiere en los
Hechos de los Apóstoles [VIII. 5 a
17]:
Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaría,
les predicaba a Cristo. Y las gentes escuchaban atentamente unánimes
las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales
que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus
inmundos, salían estos dando grandes voces, y muchos paralíticos
y cojos eran sanados. Así que había gran gozo en aquella
ciudad. Y había un hombre llamado Simón, el cual había
sido antes mágico en aquella ciudad y engañado la gente
de Samaría, diciéndose ser algún grande. Al cual
oían todos atentamente, desde el más pequeño hasta
el más grande, diciendo: Este es la gran virtud de Dios. Y le estaban
atentos, porque con sus artes mágicas los había embelesado
por mucho tiempo. Mas cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el Evangelio
del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
El mismo Simón creyó también entonces, y bautizándose,
se llegó a Felipe, y viendo los milagros y grandes maravillas que
se hacían, estaba atónito. Y los apóstoles que estaban
en Jerusalén, habiendo oído que Samaria había recibido
la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, los cuales venidos,
oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo. (Porque
aún no había descendido sobre alguno de ellos, mas solamente
eran bautizados en el nombre de Jesús.) Entonces les impusieron
las manos y recibieron el Espíritu Santo.
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New
Testament reading (Acts 8:5-17) |
Luego
el Presbítero lea lo que sigue:
LECCIÓN del santo Evangelio, según
Lucas [II. 40 a 52]:
En aquel tiempo, el niño Jesús crecía y fortalecíase
y se henchía de sabiduría, y la gracia de Dios era sobre
él. E iban sus padres todos los años a Jerusalem en la fiesta
de la Pascua. Y cuando fué de doce años subieron ellos a
Jerusalem, conforme a la costumbre del día de la fiesta. Y acabados
los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús
en Jerusalem sin saberlo José y su madre. Y pensando que estaba
en la compañía, anduvieron camino de un día, y le
buscaban entre los parientes y entre los conocidos. Mas como no le hallasen,
volvieron a Jerusalem buscándole. Y aconteció, que tres
días después le hallaron en el templo sentado en medio de
los doctores, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que
le oían, se pasmaban de su entendimiento y de sus respuestas. Y
cuando le vieron, se maravillaron; y díjole su madre: Hijo, ¿por
qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te
hemos buscado con dolor. Entonces él les dice: ¿Qué
hay?, ¿por qué me buscáis? ¿No sabíais
que en los negocios de mi Padre me conviene estar? Mas ellos no entendieron
las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y vino
a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas
en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría
y en edad y en gracia para con Dios y los hombres.
Terminada la
Lección puede cantarse un Himno.
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Gospel
reading (Luke 2:40-52) |
¶ Y después, arrodillados todos los Confirmandos por orden
delante del Obispo, éste ponga su mano sobre la cabeza de cada
uno, diciendo:
DEFIENDE, oh Señor, a este hijo (o siervo]
tuyo con tu celestial gracia, a fin de que permanezca tuyo
para siempre, y hazle crecer cada día más en tu
Santo Espíritu hasta que llegue a tu reino eterno. Amén.
¶ Terminada
la imposición de manos, el Obispo diga:
EL Señór sea siempre con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Oremos a la inmensa e inefable Trinidad,
el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo, y con toda suplicación
roguemos a nuestro Dios, que dirija nuestra vida en las buenas obras,
y después del tránsito por este mundo, nos otorgue el reposo
eterno con los justos.
R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.
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The
Confirmation |
Todos:
PADRE nuestro, que están en los cielos:
Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro
dé cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras
deudas, ‘así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos del mal.
Amén.
El Obispo:
LÍBRANOS del mal y confirmanos en tu temor
con toda obra buena, oh Trinidad, Dios nuestro, que eres bendito y vives
y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
V. ¡Oh Señor Jesucristo! Concede,
te rogamos, que tus siervos, vivificados por tu Espíritu, fortalecidos
con tu poder, iluminados con tu esplendor, y llenos de tu gracia, puedan
caminar diariamente apoyados en tu divino auxilio. Dáles oh Señor,
una fe viva, un amor perfecto y una humildad verdadera. Haz que haya en
ellos afecto sencillo, paciencia duradera, obediencia perseverante, paz
perpetua, mente pura, corazón recto y limpio, voluntad firme, conciencia
santa, arrepentimiento sincero, fortaleza espiritual, y vida inmaculada,
para que, después de haber peleado una buena batalla, concluído
varonilmente su carrera y guardado fielmente su fe, reciban la corona
de justicia que tú darás en aquel día a todos los
que aman tu venida.
R. Amén.
V. Míranos benignamente a todos, ancianos
y jóvenes juntamente, y dígnate, oh Señor, dirigir,
santificar y gobernar nuestros corazones y nuestros cuerpos en los caminos
de tu ley y en las obras de tus mandamientos, para que por tu omnipotente
protección, aquí y siempre, seamos preservados en cuerpo
y alma, en el nombre y por los méritos de nuestro Señor
y Salvador Jesucristo.
R. Amén.
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Lord's
Prayer |
El
Diácono diga:
HERMANOS, inclináos a la bendición.
El Obispo:
EL Señor sea siempre con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Bendíganos Dios omnipotente, uno
y trino.
R. Amén.
V. El Padre, y el Hijo, y el Espíritu
Santo.
R. Amén.
V. Y hállenos tales en el día
del juicio, cuales nos hace su gracia por el lavacro de la regeneración.
R. Amén.
V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro,
que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los
siglos.
R. Amén.
Puede cantarse
un Himno.
¶
Y luego el Obispo despida a la Congregación, diciendo:
EL Dios de paz que sacó de los muertos a
nuestro Señor Jesucristo, el Gran Pastor de las ovejas, por la
sangre del testamento eterno, os haga aptos en toda obra buena, para que
hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable
delante de él por Jesucristo, al cual es gloria por siglos de siglos.
Amén.
¶
Cada Ministro conservará una lista de los jóvenes de
su iglesia que han sido confirmados. |
Final
blessing |